Alberto Acosta Garbarino, presidente de Dende y director de la Asociación de Bancos del Paraguay (Asoban) manifestó: “Se tiene que encontrar un punto intermedio entre la necesidad de reactivación de las empresas y los cuidados sanitarios que permitan evitar el contagio masivo del COVID-19”.
"Tenemos que poder salir a trabajar, a producir y a consumir. Lo ideal es encontrar un punto medio entre los procesos establecidos en la cuarentena por fases, que intenta que gradualmente se vaya liberando la economía", agregó.
El directivo resaltó que las medidas sanitarias sirvieron para contener notablemente la propagación del virus, pero que “se desconoce la realidad financiera de muchas empresas y no se está considerando el fuerte impacto que les está ocasionando esta pandemia”.
Cada asociación o cámara que aglutina a las empresas de diversos sectores son los autorizados para transmitir las inquietudes de sus miembros y “presentar protocolos de seguridad para reanudar sus actividades en la brevedad”, comentó.
Según Acosta Garbarino, es fundamental que el Gobierno tenga mayor comunicación con el sector privado, en todos los rubros, y que, si se presentan planes sensatos, incluso se pueda adelantar las aperturas consideradas en la cuarentena inteligente.
"Así como los centros comerciales presentaron un protocolo, es importante que exista un acercamiento a los sectores activos de nuestra economía para que cada uno presente una propuesta de autorregulación, en el sentido que es complejo que una persona de afuera o del Gobierno conozca mejor el funcionamiento que alguien que se desempeña hace mucho tiempo en un sector específico. Entonces, es mejor que estos gremios o asociaciones propongan la implementación de un protocolo y en caso de ser aprobado por las autoridades pertinentes, se adelante su apertura", consideró.
La situación es compleja porque, “aunque se tengan ahorros, no es sencillo estar dos meses sin ingresos”, declaró Acosta Garbarino. Por eso, este es un momento en el cual las empresas pueden retornar a sus funciones si guardan los debidos cuidados, reiteró.
“Un terremoto tiene dos elementos que causan daño, el primero es la intensidad del temblor y el segundo es la duración del temblor. Entonces, un terremoto que no es tan fuerte, pero es prolongado puede causar mayor impacto que un terremoto fuerte que tiene una corta duración. Y esto mismo sucede en la economía", comparó.
Rubro bancario
Con respecto al sector bancario, Acosta Garbarino comentó que están sintiendo el impacto con la caída en la solicitud de créditos de inversión, capital operativo y consumo y también con el aumento de la refinanciación de las deudas.
Además, esta caída repercutirá en las utilidades generadas por los bancos, que tendrán números en rojo si no se logra revertir la situación, estimó el directivo de Asoban.
"La autorregulación de los sectores es vital para reactivar las funciones, y no únicamente es cuestión de esperar que el Gobierno tome las decisiones unilateralmente. Este diálogo ayudará a tomar las mejores decisiones en conjunto", concluyó el vocero.
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