"La película es la historia de una niña que se llama Eami. El origen de su nombre es ayoreo y significa monte y mundo. Para el pueblo ayoreo el monte es el mundo entero", expresó la directora. El filme cuenta que el pueblo de Eami fue invadido y que ella comenzó a buscar a sus amigos, momento en el que entra en una especie de trance y va sanando sus heridas.
Según Encina, los miembros del equipo de Eami presentaron la película a muestras importantes y finalmente lograron ingresar al Festival de Cine de Rotterdam. "No pensaba tener un Tiger Award, estar en Rotterdam ya fue un logro. Esto es algo que siempre se suele decir, pero yo estoy describiendo tal cual nos pasó", añadió Encina.
La directora contó que la presentación de las películas en el festival se hizo de forma virtual debido al ómicron, sin embargo, ella tuvo que viajar hasta Holanda, ya que recibió el reconocimiento del Tiger Award.
En lo que respecta al proceso de filmación de la película, Encina enmarcó que tuvo la suerte de hacerlo antes de la pandemia, aunque el COVID-19 llegó en pleno proceso de montaje en Río de Janeiro, donde avanzaron con el trabajo junto al montajista. "La colorimetría la tuvimos que hacer a distancia porque no había otra y la verdad fue muy difícil", complementó.
Cabe señalar que Eami fue financiada por varios fondos internacionales, de origen alemán, neerlandés, y otros. También tuvo apoyo económico del Fondec y Yacyretá. La realización de la película costó US$ 550.000.
"El plan es estrenar Eami en los cines del país, en mayo, aproximadamente. Antes tiene otros recorridos y espero poder estrenar la película acá cuánto antes", puntualizó Encina. Un aspecto llamativo de Eami es que tuvo 15 productores, algo no común en las películas, y un staff de 30 personas como máximo.
Junto a Encina trabajaron asesores interculturales y líderes de la comunidad ayoreo, quienes se encargaron de corregir el guión para lograr la mayor aproximación posible a la situación de los pueblos de esa parcialidad.
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