“Las mipymes tienen un tratamiento diferente, sobre todo por la informalidad del sector, que requiere un proceso diferenciado en cuanto a factores cualitativos, en especial por la actividad que desarrolla”, explicó Carlos Sánchez, gerente de riesgos de la banca empresas de Financiera Solar. Asimismo, mencionó que se debe tener en cuenta que las pymes -sin las microempresas- cuentan con un mayor índice de formalización y se ajustan al trabajo analítico convencional que realizan las entidades financieras.
Teniendo en cuenta la informalidad de las microfinanzas, la documentación constituye una dificultad central a la hora de detectar el riesgo que corren las entidades al brindar créditos. “Asumir una mayor probabilidad de que el crédito quede impago conlleva a que los bancos y financieras tengan que realizar una previsión de costos financieros”, acotó.
Por otro lado, Sánchez indicó que una banca especial para mipymes necesita que su capital humano esté altamente entrenado para evaluar las condiciones de las empresas solicitantes y funjan de asesores de negocios. “Estos dos enfoques bien desarrollados darían un alto porcentaje de éxito en el retorno de las colocaciones de créditos”, destacó.
Entretanto, Sánchez aclaró que en la actualidad casi todos los bancos y financieras ya cuentan con una cartera de crédito específica para mipymes y que las dificultades creadas por el riesgo de impago no ocurre solamente en Paraguay. Según informaciones oficiales, el BNF destina el 60% de sus créditos al consumo y no al sector productivo.
La necesidad de otras medidas
“Personalmente considero que crear una banca para mipymes sería de gran ayuda para el sector, pero se deben establecer medidas adicionales. El BNF no podrá prestar a una empresa que no posee RUC, por eso hay que incentivar una rápida política de formalización”, expresó la economista de Mentu, Martha Coronel, quien enfatizó en que gran parte de los cuentapropista ni siquiera saben que existe disponibilidad de créditos para emprendedores.
“Existen cuentapropistas que tienen la posibilidad de endeudarse G. 5.000.000 o G. 6.000.000, pero no pueden demostrar con papeles que lo pueden hacer”, sostuvo Coronel. A la vez, enmarcó que el Resimple es un buen mecanismo para ampliar la formalización, no obstante, falta un trabajo más duro desde el Estado para que los informales conozcan la herramienta.
Por último, manifestó que es necesario analizar si con la ampliación de la garantía del Fogapy se conseguirá que el crédito se canalice mejor hacia las empresas.
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