Asimismo, el documento de la multinacional indica que la falta de recursos para los estímulos gubernamentales en la región hará que la tarea de reactivación de los países sea mucho más difícil y la estabilidad política estaría en peligro. Los menores ingresos también generan incertidumbre en sectores económicos específicos, como por ejemplo el de los restaurantes, vestimenta y materiales de construcción, que en el tercer trimestre del 2020 registraron caídas que llegaron al 20%.
Por otra parte, las expectativas para el comercio electrónico en la región son positivas, teniendo en cuenta que Mastercard observa que entre el 20% y 30% de la demanda generada durante las cuarentenas se mantendrán en el 2021. En cuanto al turismo, es probable que la caída internacional repercuta gravemente en los países muy dependientes del rubro como Argentina, las Guyanas, Surinam y en menor medida Brasil, Venezuela, Paraguay y Bolivia.
Mientras que el espacio fiscal de los países de la región se verá disminuido por las ayudas sociales brindadas en el 2020, principalmente aquellos que realizaron subsidios de gran tamaño como Brasil. El caso de México también es excepcional, ya que el déficit podrá disminuirse en el caso de que se reactive el sector industrial.
Los riesgos de quiebra
El aumento de los precios de ciertas materias primas como el cobre, los minerales ferrosos, el oro y la soja podrían dar impulso a las industrias, mientras que los exportadores de energía tendrían un buen año si hay un repunte en el precio del petróleo. No obstante, es probable que la incertidumbre de la demanda, las fluctuaciones del tipo de cambio, las condiciones crediticias más estrictas y otros factores empujen al cierre a empresas o dificulten la creación de nuevos negocios.
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