“La idea se basa justamente en vivir una experiencia diferente y donde cada persona que pasa por la peluquería pueda sentirse única y diferente. Va mucho más allá de lo comercial, es descubrir la esencia interior de cada una de ellas, la belleza se transmite no solamente de forma exterior, sino que el compartir con ella, saber de sus gustos, saber de sus necesidades y verdaderamente cumplir esa expectativa”, explicó.
Es ahí donde empieza una transformación que trasciende lo físico y se convierte en una experiencia personal. “Muchas veces no vienen solo por un cambio de imagen, vienen por algo que no encuentran a su alrededor, en su pareja, en su entorno familiar, buscan ser vistas, escuchadas, atendidas”, afirmó.
Luis De León Concept tiene como objetivo crear modas sin criterios, ni imponer estilos universales. En ese sentido, la belleza no se concibe como una imposición externa, más bien como una forma de expresión interna. Para León, el estilista se convierte así en una especie de traductor de emociones que, a través del cabello, el color y la forma logra proyectar aquello que muchas veces las palabras no alcanzan a decir.
Con respecto a la relación entre imagen, autopercepción, León aseguró que la imagen no es lo que se ve desde afuera sino también lo que proyectamos desde nosotros mismos. “La imagen es lo que se ve. La autopercepción es lo que yo creo que transmito. Y la confianza se construye entre lo que el cliente siente y lo que yo soy capaz de interpretar y devolverle”, sostuvo.
Uno de los pilares del trabajo de Luis De León es la asesoría de imagen. Cada clienta es analizada a partir de su estilo, su morfología, su tono de piel y por, sobre todo, su historia personal.
Dentro de los estilos más comunes se encuentran: el intelectual, el rockero, el ejecutivo, el natural, el romántico, entre otros. A partir de un estudio cromático y una entrevista personalizada, el equipo de Luis propone opciones concretas que se ajustan tanto al gusto personal como a las características físicas de cada mujer.
“Trabajamos con paños de color, analizamos el subtono de la piel, proponemos en base a eso. No se trata de seguir tendencias ciegamente, más bien de adaptar lo que está en boga a lo que verdaderamente le favorece a la persona”, indicó.
En cuanto a las tendencias actuales, particularmente para otoño-invierno, los colores que marcan la temporada son los marrones, cobrizos, tonos moose, cherry y gamas tierra en general.
“Viajo, estudio, pero también me ocupo de que mi equipo crezca conmigo. Que estén alineados con lo que queremos transmitir. Porque la experiencia no termina con un buen corte de cabello. Es un todo que se vive desde que entrás hasta que salís del salón. La moda debe ayudarte a decirle al mundo: acá estoy yo. Ese es el mensaje que buscamos proyectar en cada look, en cada asesoría, en cada paso del proceso”, destacó.
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