"Estamos viendo un cambio muy fuerte en el consumidor local. Cada vez más personas llegan a la concesionaria y preguntan directamente por sistemas de prevención de accidentes", comentó a InfoNegocios Fernando Ojeda, jefe de marketing del Grupo Toyotoshi. Y no es una tendencia superficial, sino que está marcada por la realidad misma del tránsito paraguayo, donde los accidentes —muchos de ellos evitables— se siguen cobrando vidas todos los días.
En el tráfico caótico y las calles en mal estado, donde los imprevistos aparecen en cada esquina, la tecnología se vuelve una aliada indispensable. Los modelos actuales de Toyota y Lexus incorporan sistemas como el frenado autónomo de emergencia, control crucero adaptativo, asistente de mantenimiento de carril y hasta reconocimiento de señales de tránsito. Tecnologías pensadas no solo para corregir errores humanos, sino para anticiparse a ellos y, de esa forma, cuidar la integridad física.
“Nosotros siempre recomendamos priorizar los sistemas de seguridad activa y pasiva. Desde los airbags hasta las estructuras reforzadas, pero también aquellas funciones inteligentes que pueden evitar que el accidente ocurra. Eso hace toda la diferencia”, afirmó Ojeda.
La mirada también está puesta en las familias, especialmente aquellas que buscan SUVs o vehículos para transportar a sus hijos. Para ellos, funciones como el monitor de punto ciego, las cámaras 360° o la alerta de tráfico cruzado trasero no son simples agregados, sino herramientas que brindan control, previsibilidad y, sobre todo, tranquilidad.
Y eso también cambia el valor del vehículo. “Un auto con estas tecnologías no solo te cuida mejor, también mantiene un mejor valor de reventa. La seguridad no es una moda, es un valor creciente”, remarcó Ojeda.
Saliendo un poco de las problemáticas a nivel país, Toyota, a nivel mundial, trabaja con el objetivo de cero muertes por accidentes de tránsito. Y aunque en ese sentido todavía falte camino, la tecnología ya está presente y es una herramienta fundamental para evitarlos. Incluso innovaciones que suenan futuristas —como el monitoreo de fatiga del conductor, la comunicación entre vehículos o los sistemas predictivos de colisión— ya se ven en algunos mercados, y su llegada al país es solo cuestión de tiempo.
Pero adoptarlas no depende solo de las marcas. También requiere conciencia ciudadana, infraestructura adecuada y una educación vial que muchas veces brilla por su ausencia. “Nuestra tarea como representantes es anticipar esas tendencias y acercarlas al consumidor paraguayo. La seguridad siempre será parte fundamental de la evolución del automóvil”, agregó Ojeda.
La tecnología aplicada a la seguridad ya no debería verse como una opción premium, porque es, en muchos casos, la diferencia entre llegar o no llegar (vivos), y cada vez más personas lo entienden.
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