Aunque el ajuste interanual es claro, la tasa se mantiene sin cambios respecto a octubre. Según fuentes del sistema financiero, esto refleja una “pausa técnica” del Banco Central, que espera ver cómo se comportan los precios y el crecimiento antes de decidir nuevos movimientos.
Con esta reducción, los préstamos en moneda local vuelven a ser una alternativa interesante para empresas y familias. El nuevo techo del 27,07% se traduce en menores costos de financiamiento, algo que puede incentivar tanto la compra de bienes duraderos como la expansión de capital para pymes.
Además, la medida ayuda a sostener el poder adquisitivo en un momento en que la inflación anual se mantiene controlada, y el crecimiento del PIB fue revisado al alza por el propio BCP (5,3% para 2025). En otras palabras, el recorte de tasas llega en un momento donde la economía paraguaya se muestra sólida, con buenas perspectivas para el cierre del año.
En cuanto a los préstamos en moneda extranjera, el límite máximo de la tasa efectiva fue fijado en 11%, lo que implica un leve aumento de 0,36 puntos porcentuales frente al año pasado. La diferencia tiene que ver con el encarecimiento del fondeo externo y con la política monetaria internacional, aún restrictiva en economías como la estadounidense o la europea.
Sin embargo, si se compara con octubre, la tasa en dólares tuvo una ligera baja mensual de 0,06 puntos, lo que da cuenta de un panorama estable y previsible para quienes operan con divisas.
Donde sí se vio un cambio es en las tarjetas de crédito. En guaraníes, el tope se mantiene en 20,21%, mientras que en moneda extranjera trepa a 12,41%, un incremento de 0,4 puntos porcentuales frente al año pasado. En este caso, la suba refleja el ajuste en el promedio de las tasas pasivas, es decir, el interés que las entidades pagan a los ahorristas.
En resumen, el crédito en guaraníes es hoy más competitivo que el crédito en dólares, lo que puede marcar una tendencia hacia una mayor bancarización en moneda local.
El movimiento del BCP llega en un contexto de confianza hacia el sistema financiero paraguayo. Las tasas más bajas acompañan una política de estabilidad que busca mantener la inflación cerca del rango objetivo y, al mismo tiempo, estimular la actividad económica.
El propio Banco Central destacó recientemente que la demanda interna será el motor del crecimiento este año, impulsada por el consumo y la inversión privada. En ese escenario, reducir el costo del dinero es una jugada clave para sostener el dinamismo que muestra la economía.
Para el sector empresarial, especialmente las pymes, este entorno es ideal para encarar proyectos de expansión, renovar maquinarias o ampliar la oferta de productos y servicios. Y para las familias, significa mejores condiciones para acceder a préstamos personales, créditos hipotecarios o financiar el uso de tarjetas sin que los intereses se disparen.
Con la inflación bajo control y la confianza en alza, el recorte de la tasa máxima se alinea con la estrategia del BCP de consolidar un ciclo económico sostenible. Si bien no se esperan grandes cambios en los próximos meses, el mercado anticipa que la autoridad monetaria seguirá de cerca la evolución de las tasas internacionales antes de definir nuevos pasos.
Paraguay mantiene una de las economías más estables de la región, con un sistema financiero sólido, niveles de morosidad bajos y un entorno favorable para seguir creciendo. En ese sentido, cada ajuste que mejora el acceso al crédito es un impulso directo al consumo, la inversión y, en definitiva, al desarrollo económico del país.

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