Mientras Susanne, Marlene y Goerge, por ejemplo, tratan de mejorar su francés juntos, Romana hizo reformas en su cocina sin gastar un centavo en pintura o brochas gracias a la generosidad de sus vecinos, a pesar de que el color amarillo no estaba entre sus planes.
"Creo que me habría costado entre 10 y 15 euros. Básicamente, en total fueron entre 30 y 35 euros de ahorro", dice la joven madre.
Con esta página, los usuarios deciden si quieren conectar con personas viviendo en su propio edificio o ampliar el radio a otros vecindarios.
Stefan Theissbacher lanzó la web hace un año. Este joven de 33 años creció en el campo y quería dar a la ciudad un respiro dentro del aislamiento que caracteriza la vida urbana.
"Mi visión fue convertir los vecindarios en comunidades. No se trata de gente convirtiéndose en mejores amigos, sino del potencial de la ayuda mutua".
La página ya ha atraído a 12.500 miembros, y unos 400 se apuntan cada semana.
Entre ellos, está la experta en desarrollo comunitario Ulrike Boehm, a quien le gustaría que la red se extendiera más allá de la ciudad: "Creo que la web está siendo utilizada por un grupo específico con un perfil específico. Para mí lo interesante es cómo podría ser aplicada por gente que de verdad se pueda beneficiar de ella: aquellos con bajos ingresos que viven aislados en la urbe".
Ask Next Door cuenta tanto con el respaldo del estado como de inversores privados, y el plan es ahora expandir su uso en otras ciudades de Austria e incluso en el extranjero.
Red social anti Facebook propone conocer vecinos y ahorrar dinero
Romana, una madre soltera y tres pensionistas residentes en Viena son unos revolucionarios fuera de lo común, ayudan a combatir el llamado "síndrome Facebook". En lugar de acaparar amigos a nivel global, usan la red social austríaca Ask Next Door (Consulta al lado), que tiene como fin conectar a vecinos viviendo a pocos metros los unos de los otros...
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