Según el infectólogo Hernán Rodríguez, mediante datos de la Dirección General de Vigilancia Sanitaria del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS), en el 2022 se registraron 1.460 casos de chikungunya, de los cuales unos 576 fueron confirmados en las últimas tres semanas del año mencionado. Agregó que los primeros casos de chikungunya en América aparecieron en 2014, en el Caribe y Centroamérica.
Hasta el momento, la mayor cantidad de casos se dio en 2015, cuando se registraron alrededor de 4.000, mientras que en los años siguientes el número disminuyó: en el 2017 hubo 69 casos, en 2018 hubo 1.239, en 2019 hubo 52, en 2020 hubo cuatro, en 2021 hubo tres y en 2022 1.460.
“Teniendo en cuenta que los casos confirmados y probables de chikungunya se encuentran por encima de lo habitual con relación a los últimos años, se cumplirían los criterios de una epidemia actualmente”, mencionó.
El infectólogo explicó que una epidemia se da cuando existen más casos de los habituales o lo esperado. Ante esta situación, señaló que la medida más eficaz es la prevención, eliminando los posibles lugares que podrían servir como criaderos de mosquitos. Es decir, evitar la formación de agua estancada. Solo basta una tapita con agua para que el mosquito deposite sus huevos para que luego se formen las larvas hasta tener nuevos mosquitos adultos.
Por otra parte, el especialista indicó que las temperaturas favorecen a la proliferación de mosquitos, por lo tanto, hay más posibilidad de que se incremente la incidencia del chikungunya.
¿Cómo reconocer la enfermedad?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad se caracteriza por la aparición súbita de fiebre, lo cual generalmente se acompaña de dolores articulares. Además, se pueden presentar dolores musculares, dolores de cabeza, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas.
La mayoría de las personas se recuperan completamente, sin embargo en ocasiones el dolor articular puede persistir por meses. Por otra parte, las complicaciones graves no son frecuentes, pero “en personas mayores la enfermedad puede contribuir a la muerte. A menudo los pacientes solo tienen síntomas leves y la infección puede pasar inadvertida o diagnosticarse erróneamente como dengue en zonas donde este es frecuente”.
“La letalidad es de alrededor de 0,4% por lo cual es muy baja. Presenta riesgo en los niños menores de un año, los adultos mayores y las personas con enfermedades subyacentes”, informó Rodríguez.
Para determinar el diagnóstico se debe confirmar la presencia de anticuerpos IgM e IgG contra el virus chikungunya. Además, el virus puede aislarse en la sangre en los primeros días de la infección. Hasta el momento no existe un tratamiento específico, y así como el dengue, el tratamiento consiste en aliviar los síntomas.
Eliminación de criaderos
El MSPBS recomienda:
Verificar que no existan objetos que puedan acumular agua esparcidos al aire libre.
Eliminar lo que no se va a utilizar: latas, botellas, tapitas, etc.
Inspeccionar y limpiar las canaletas.
Guardar bajo techo o tapar los recipientes con agua para uso o consumo.
Colocar boca abajo las botellas que se seguirán utilizando.
Observar que no haya agua acumulada en los platos de las macetas.
Reemplazar el agua del florero por arena húmeda.
Controlar que no se acumule agua entre el tronco y la rama de los árboles.
Eliminar o guardar bajo techo los neumáticos.
Limpiar el recipiente del bebedero de las mascotas, cada vez que se cambie el agua.
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