La iniciativa surge como una estrategia educativa innovadora que busca combinar la teoría con la práctica, fortaleciendo las competencias técnicas, científicas y productivas de los futuros técnicos agropecuarios. “Los directivos de la institución, en busca de cooperación técnica en este rubro, acordaron con la empresa establecer parcelas demostrativas donde los estudiantes, asistidos por técnicos especialistas, puedan aprender la técnica adecuada para la producción de plantas medicinales y diversificar la producción como alternativa de ingreso en la finca familiar”, explicó el Dr. Domingo Martínez, titular de la Dirección de Educación Agraria (DEAg) del MAG.
El eneldo se perfila como una alternativa atractiva para pequeños productores. Su cultivo no requiere grandes extensiones de tierra, tiene un ciclo corto y demanda pocos insumos, lo que lo convierte en una opción de bajo costo con posibilidad de generar ingresos con valor agregado. Además, permite diversificar la producción familiar, fortaleciendo la sostenibilidad y el potencial económico de las fincas.
Los estudiantes destacan la importancia de aprender a manejar un cultivo que combina aspectos agrícolas y comerciales. El proyecto no solo les enseña a plantar, cuidar y cosechar eneldo, sino que también les brinda conocimientos sobre las condiciones óptimas para su desarrollo: un suelo ligero y fértil con buen drenaje, exposición a pleno sol y temperaturas templadas entre 15 °C y 25 °C. Además, aprenden a controlar plagas, fertilizar de manera responsable y planificar la cosecha, que puede comenzar entre seis y ocho semanas después de la siembra.
“Este tipo de experiencias son clave para formar técnicos capaces de enfrentar los desafíos de la agricultura moderna, promoviendo alternativas productivas que, además de ser rentables, sean sostenibles”, señaló Martínez. La práctica en parcelas demostrativas permite que los estudiantes vean de primera mano cómo aplicar conocimientos teóricos y, al mismo tiempo, desarrollen criterios para innovar en la producción agrícola familiar.
La empresa Té Guaraní juega un rol central como guía técnica, compartiendo métodos de cultivo y cuidados específicos, desde la siembra hasta la cosecha de hojas y semillas. Esta colaboración también ofrece a los jóvenes la oportunidad de conocer un mercado real, entendiendo las demandas de la gastronomía y la herboristería, y cómo un cultivo aromático puede convertirse en una fuente de ingresos complementaria.
Más allá de la enseñanza directa, el proyecto refleja un enfoque más amplio: fortalecer la agricultura familiar y generar oportunidades de diversificación productiva en la región. Los estudiantes, al dominar la producción de eneldo, pueden replicar estas técnicas en sus hogares o pequeñas fincas, fomentando la innovación local y la sostenibilidad económica.
Con parcelas demostrativas activas, asesoramiento especializado y un cultivo que combina bajo costo y alta rentabilidad, la escuela agrícola de San Juan Bautista está sembrando algo más que eneldo: está cultivando conocimiento, oportunidades y una visión de futuro para la próxima generación de productores del país.
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