La Dra. Cynthia Leiva, especialista en Medicina Familiar y Diabetes, afirmó que, según la Segunda Encuesta Nacional sobre Factores de Riesgo, el 10% de la población paraguaya entre 18 y 69 años, padece diabetes, una cifra que refleja los cambios en el estilo de vida de la sociedad. “Comemos mal, siempre apurados, recurrimos a comidas rápidas y dormimos poco. Estos hábitos, sumados a los antecedentes familiares, aumentan el riesgo”, señaló.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), más del 95% de las personas con diabetes son de tipo 2, la cual está vinculada con la obesidad, la alimentación poco saludable y el sedentarismo. En la Región de las Américas, se estima que el 13% de la población adulta (18 años o más) padece diabetes. Por otro lado, la diabetes es la sexta causa principal de muerte en la región y, si no se controla, puede dejar secuelas permanentes.
Leiva remarcó la importancia de reconocer a la diabetes como lo que realmente es: una enfermedad crónica. “No es una condición, es una enfermedad. Cuando se recibe el diagnóstico, no hay cura. Con el tratamiento adecuado se puede mantener un nivel de azúcar normal, pero el control debe ser constante”, aclaró. Además, insistió en que el abordaje debe ser multidisciplinario, incluyendo cambios alimentarios, actividad física, acompañamiento psicológico y apoyo familiar.
La especialista comentó que uno de los errores más comunes entre los pacientes es creer que se “curaron” al ver mejorías temporales. “Muchos logran normalizar su azúcar con el tratamiento, se sienten bien y dejan de venir a consulta. Después de unos años vuelven con daños instalados. Desde el primer día debemos dejar claro que la diabetes no desaparece: se controla todos los días”, enfatizó.
En cuanto al tratamiento, Leiva explicó que existen diferentes tipos de diabetes y que cada caso requiere un manejo individualizado. “La diabetes tipo 1 se da cuando ya no hay producción de insulina; en estos casos se usa insulina desde el inicio. En la diabetes tipo 2, todavía hay producción, por lo que a veces se inicia con medicación oral. Hablamos de tipo 2 ‘insulino-requiriente’ o ‘no insulino-requiriente’, dependiendo del cuadro”, detalló.
Según la OPS, “la más común es la diabetes tipo 2, que suele presentarse en adultos, lo cual ha aumentado drásticamente en países de todos los niveles de ingresos. Mientras que diabetes tipo 1, también conocida como diabetes juvenil o diabetes insulinodependiente, es una afección crónica en la que el páncreas produce poca o ninguna insulina por sí mismo”.
La especialista explicó que los controles deben ser exhaustivos y regulares. “Todo paciente con diabetes tipo 2 debe realizar un fondo de ojo, un control cardiológico y una evaluación renal una vez al año”, indicó. Leiva agregó que actualmente existen métodos más simples para medir la función renal sin necesidad de recolección de orina de 24 horas, lo que mejora la detección temprana de complicaciones.
“Los adultos con diabetes tienen un riesgo dos o tres veces mayor de sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Combinada con un flujo sanguíneo reducido, la neuropatía (daño a los nervios) en los pies aumenta la posibilidad de úlceras en los pies, infecciones y la eventual necesidad de amputación de una extremidad. Mientras que la retinopatía diabética es una causa importante de ceguera y se produce como resultado del daño acumulado a largo plazo en los pequeños vasos sanguíneos de la retina. Cerca de 1 millón de personas son ciegas debido a la diabetes. Además, la diabetes es una de las principales causas de insuficiencia renal”, de acuerdo con la OPS.
El mejor tratamiento: la prevención
La doctora destacó que el tratamiento depende de la evaluación médica y la respuesta del paciente. “Cada persona es distinta. Algunos necesitan solo un fármaco oral, otros insulina o las nuevas medicaciones disponibles. En Paraguay contamos con prácticamente todos los medicamentos necesarios, lo que facilita un tratamiento completo”, expresó. También mencionó que ciertos pacientes requieren insulina temporalmente cuando presentan síntomas como sed excesiva, pérdida de peso o fatiga extrema.
Sobre la educación diabetológica, la doctora subrayó que la información confiable es clave para la adherencia al tratamiento. “Le indico a mis pacientes que lean solo fuentes oficiales. Hay muchas dudas y mitos que generan miedo o abandono del tratamiento. La educación debe hacerse en todo momento: antes, durante y después de la consulta”, sostuvo.
Por último, Leiva destacó la labor del Programa Nacional de Diabetes, que realiza jornadas en el Parque de la Salud todos los domingos de 7 a 11 de la mañana. “Allí hablamos con pacientes y familiares sobre alimentación, medicación y control. Educar es fundamental para prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida”, afirmó.
La doctora concluyó su mensaje con un llamado a la conciencia: “La diabetes se controla con compromiso diario. Alimentarse bien, moverse más, dormir mejor y seguir el tratamiento indicado son los pilares para ganar esta batalla cada día”.
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