Hace apenas dos años, eran los paraguayos quienes se desplazaban a la Argentina para aprovechar una economía más estable. Sin embargo, la inflación en el país vecino se duplica e incluso se triplica, haciendo que la producción local de Formosa pierda competitividad. Esta situación generó una crisis comercial en la provincia argentina, con el cierre de numerosos locales, mientras que otros sobreviven únicamente surtiéndose de mercadería paraguaya.
“Esta situación está beneficiando a los comerciantes de frontera de Alberdi”, confirmó Miguel Vázquez, presidente de la Cámara de Comercio de la ciudad. La afluencia de clientes es contundente: según datos proveídos por Vázquez, en temporada baja Alberdi recibe entre 1.500 y 2.000 visitantes diarios, una cifra que se triplica en los días de mayor movimiento y durante la temporada alta, superando ampliamente los promedios históricos.
La canasta de productos paraguayos demandados es extremadamente amplia e incluye desde alimentos básicos como panificados, carnes, quesos, aceite y productos frutihortícolas, hasta bienes manufacturados como electrodomésticos, equipos electrónicos, vestimenta y artículos de higiene personal.
No obstante, este boom comercial genera alertas en Formosa, por el contrabando y la falta de controles sanitarios. Las autoridades argentinas están preocupadas por los riesgos que supone el ingreso irregular de productos perecederos, como lácteos y chacinados, que muchas veces no respetan la cadena de frío.
Lastimosamente, la situación en Formosa es desafiante, aunque la conformación de la población económicamente activa mayoritariamente tiene a funcionarios públicos, que pueden sostener sus ingresos un poco mejor que cuentapropistas y trabajadores del sector privado. Dicho motivo hace que todavía puedan comprar y como es más conveniente, buscan precio en ciudades del departamento de Ñeembucú.
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