De acuerdo al estudio que fue publicado en la revista The Lancet Planetary Health, el entorno urbano es un determinante clave de la salud en todo el mundo y teniendo en cuenta que la mitad de la población mundial vive en las ciudades, sugiere cambios en el diseño urbano. Uno de los más importantes es la introducción de espacios verdes para mejorar la calidad de vida de los habitantes, puesto que estos lugares están asociados a beneficios como mayor actividad física, recuperación física o mental, menos estrés, aire limpio, menos ruido del tráfico y zonas de calor, al igual que más biodiversidad.
El informe, que incluyó nueve estudios longitudinales en Canadá, Estados Unidos, España, Italia, Australia, Suiza y China, con más de ocho millones de personas, arrojó datos importantes respecto al impacto que tiene el incremento de las áreas verdes en las ciudades sobre la mortalidad prematura, estimando una reducción del 4% de las defunciones por cada incremento de 0,1 en el índice de vegetación a 500 metros o menos de la residencia.
Según lo publicado, los espacios naturales están relacionados a una mejor salud mental, beneficios para el sistema inmunológico y el metabolismo; mejores resultados en el embarazo y la reducción de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, también fueron vinculados con algunos riesgos para la salud como la exposición a alérgenos, ya sea polen, pesticidas o herbicidas, y enfermedades transmitidas por artrópodos (enfermedad de Lyme o el dengue), además de lesiones accidentales debido a actividades realizadas en dichos lugares, y exposición excesiva a la radiación ultravioleta. No obstante, la mayor parte de la evidencia epidemiológica indica que las consecuencias son mayormente beneficiosas.
La investigación destacó la actividad física como un determinante importante de la salud asociado con las zonas verdes, al ser un lugar utilizado para realizar deportes o prácticas de ocio como caminar y andar en bicicleta, aunque uno de los estudios analizados encontró que la actividad física explicaba solo el 2% de la conexión entre los espacios naturales y la mortalidad, concluyendo que existen otros motivos más relevantes que explican los resultados. Estos son la atenuación de la contaminación del aire, el ruido y los efectos de las islas de calor, considerando que los árboles y otras vegetaciones pueden disminuir la concentración de contaminantes del aire y reducir el dióxido de carbono.
La finalidad de la publicación reside en la importancia de las áreas de naturaleza en las ciudades en vista de las consecuencias favorables que conlleva para la calidad de vida los habitantes, y hace énfasis en la reestructuración de las urbes con el fin de mitigar la contaminación existente en la actualidad.
Otro artículo de ISGlobal explica que cerca del año 2050, casi el 70% de la población mundial vivirá en zonas urbanas, lo que representará el mayor crecimiento urbano en la historia de la humanidad, además hace hincapié en la conexión entre los seres humanos y su hábitat y expresa la necesidad de entornos urbanos resilientes, que puedan proteger y fomentar la salud tanto de la población como del planeta entero.
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