El cine continúa encontrando en la literatura un manantial de historias capaces de emocionar, enseñar y entretener. Daryus Carámbula, productor y cineasta con raíces paraguayas, asumió el desafío de llevar a la pantalla grande la obra de la escritora Silvia.
Carámbula recordó con claridad el momento en que decidió que el libro debía convertirse en película. “Conocí a Silvia hace un tiempo, sabía de la existencia de su libro porque mucha gente me lo había recomendado. Cuando finalmente lo leí, le dije a Silvia qué maravillosa obra, qué lindo sería que tu libro llegue a más gente en el mundo”, dijo. Así nació la idea de trasladar aquellas páginas al lenguaje audiovisual, con el apoyo de su productora y un equipo de trabajo que reúne profesionales de Argentina y Paraguay.
“A Silvia le encantó la idea, y juntos pusimos manos a la obra”, contó Carámbula. Desde entonces, comenzaron los meses de preproducción, casting y selección de locaciones que desembocaron en los actuales días de rodaje.
La película cuenta con nombres de peso en su elenco: Calolo Rodríguez, Carmen Briano, Fabu Pop, Luis Blanco, Diana Frutos, Javier Lacognata, China Padrón Rossi, Celina Fernández, Clyde Cowan, Edgar Mora, la actriz Marcela Iglesias y el protagonista argentino Gerardo Romano, entre otros. El casting, según explicó Carámbula, fue riguroso, buscando actores y actrices que pudieran transmitir la autenticidad de las múltiples historias que conforman el guion.
El proyecto se presenta como una comedia potente y divertida, pero con matices dramáticos y un trasfondo de reflexión. “Es una película familiar que tiene como gran enseñanza la importancia de no discriminar, de no juzgar. Todos, en algún momento, pasamos por experiencias similares, y eso conecta con la esencia de la obra”, afirmó.
Uno de los rasgos más llamativos de la película es su vínculo con la neurociencia, inspirada directamente en el trabajo de Silvia. Carámbula explicó que el guion se apoya en investigaciones científicas sobre el comportamiento humano, explorando temas tan universales como la necesidad de quejarse o el placer de tener la razón.
“Silvia siempre dice que hay dos cosas que generan placer, no solo al paraguayo, sino a todos: quejarse y tener razón. Desde ahí se abre un universo de preguntas: ¿qué pasa en nuestro cuerpo cuando nos quejamos?, ¿cómo nos conecta con emociones que necesitamos regular? La película invita a reflexionar sobre esas cuestiones y a buscar la estabilidad emocional que nos permita alcanzar nuestros sueños”, detalló.
El rodaje se reparte entre locaciones de Paraguay y Argentina, lo que enriquece la narrativa visual con escenarios diversos. La trama, en efecto, se estructura como un mosaico de relatos que ocurren en distintos países, entrecruzándose en un mismo eje temático.
“Son varias historias dentro de la película, cada espectador podrá sentirse identificado con alguna de ellas. La diversidad de lugares y personajes refuerza el mensaje de universalidad: que, sin importar la edad, la cultura o los gustos, todos compartimos experiencias similares”, comentó.
Además de la riqueza estética, Carámbula subrayó que los símbolos presentes en la película se conectan directamente con valores esenciales: la familia, la autenticidad, la empatía y el derecho de cada persona a ser feliz a su manera.
El propio recorrido vital de Carámbula explica su empeño en generar sinergias entre países. Nació en Paraguay, hijo de madre carapegueña y padre cubano, aunque se crió entre Argentina y Uruguay. “Mi papá era artista y diplomático, mi mamá productora de televisión y teatro. Viajamos mucho, crecí entre culturas y me acostumbré a reunir gente de distintos lugares. Eso me dio la posibilidad de crear puentes culturales entre Paraguay y Argentina, y hoy veo los frutos de ese esfuerzo”, relató.
Su trayectoria refleja esa vocación de construir intercambios y abrir caminos para que el cine regional trascienda fronteras. La producción ya despierta interés fuera de la región. Según Carámbula, existen conversaciones con festivales internacionales y plataformas de streaming que siguen de cerca el desarrollo de la película. “Hay muy buena energía en torno al proyecto. Productores internacionales ya están atentos, y eso nos motiva mucho”, confirmó.
El estreno, previsto para los próximos meses, será el primer paso de un recorrido que busca tanto al público local como al global. En palabras del cineasta, la apuesta es clara: “La gente la va a pasar muy bien, es una comedia delirante que atrapa, pero al mismo tiempo enseña. Es como un mega coach en formato cinematográfico: te divierte, te hace reflexionar y te impulsa a salir adelante”.
“Al final del día, lo que buscamos es que la gente se ría, se emocione y se reconozca en la historia. Que salga con una enseñanza, pero también con la sensación de haber pasado un gran momento”, agregó el productor.
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