El especialista subrayó que la actividad física ayuda a mantener la masa ósea y muscular, previniendo fracturas por osteoporosis y disminuyendo el riesgo de caídas. Además, enfatizó que esta práctica mejora la calidad de vida, ya que quienes se ejercitan con regularidad experimentan una sensación de bienestar inmediata. “El cuerpo produce sustancias que informan al cerebro sobre nuestro estado, generando una sensación de bienestar”, explicó.
Ramírez Nizza recomendó combinar distintos tipos de ejercicio, incluyendo musculación, cardio y caminatas. “No sirve hacer solo un tipo de actividad. La combinación de fuerza y movimiento es fundamental para obtener resultados óptimos en la salud general y en personas con enfermedades crónicas”, señaló.
En cuanto a la intensidad, aclaró que no es necesario ejercitarse de manera extrema. “La intensidad depende del estado general de la persona. Lo primero es la seguridad”, afirmó, agregando que se debe realizar una evaluación clínica previa para revisar corazón, pulmones, articulaciones y posibles problemas de artrosis.
Para quienes enfrentan limitaciones físicas, aseguró que siempre existe alguna alternativa de actividad. “Las caminatas y los estiramientos básicos cubren un gran porcentaje de las necesidades. Incluso pequeñas sesiones frecuentes son tan beneficiosas como una sesión continua”, afirmó, destacando la importancia de empezar desde el nivel que cada persona pueda tolerar.
El especialista también destacó el impacto de la actividad física en la salud cognitiva. Señaló que estudios muestran que las personas mayores que se ejercitan tienen menor riesgo de deterioro de la memoria y de enfermedades como el Alzheimer. “Incluso con genética predisponente, la actividad física mejora el perfil de memoria y ayuda a retardar el deterioro”, aseguró.
Sobre el aspecto emocional, explicó que moverse regularmente ayuda a mantener la estabilidad emocional. La producción de endorfinas por los músculos actúa como un refuerzo positivo para la salud mental y contribuye a un mejor manejo del estrés y la ansiedad.
Finalmente, envió un mensaje alentador a quienes creen que ya es tarde para empezar: “Cualquier persona, sin importar su condición o enfermedad, puede mejorar su calidad de vida. Incluso movimientos básicos desde la cama o cortas caminatas resultan beneficiosos. No hay que desaprovechar la oportunidad de sentirse mejor”.
Ramírez Nizza concluyó afirmando que la actividad física constituye una necesidad para las personas mayores y que, más allá de la edad, siempre es posible iniciar un camino hacia una vejez activa, saludable y plena.
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