“Nos estábamos preguntando qué estaba pasando. De repente todo cambió”, resumió Tomás Medina, actual secretario de actas y expresidente de la Cámara de Industria, Comercio, Turismo y Servicios (CICTS), en diálogo con InfoNegocios.
Según Medina, hasta octubre Pedro Juan Caballero acumulaba una caída aproximada del 20% en comparación con el 2024. Los informes de cámaras hermanas en otras fronteras mostraban la misma tendencia. Sin embargo, la explicación no parecía clara. “El tipo de cambio no estaba mal, pero aun así la afluencia bajó. Fue un período muy extraño”, recuerda.
El giro comenzó apenas iniciado noviembre. “En cuestión de días tuvimos un salto de casi 30% en ventas y en movimiento turístico. Y hoy, 1 de diciembre, seguimos con ese ritmo”, afirma. La mejora, agrega, está directamente vinculada a la cotización actual: el real rondando 5,03 y el dólar local en torno a G. 6.900. Ese equilibrio volvió a hacer competitivos a los productos de reexportación, un rubro que, según Medina, sostiene a más del 65% de la economía pedrojuanina.
“Para que quede claro: en comercio directo tenemos unas 45.000 personas empleadas. Eso es casi el 70% de toda la población económicamente activa. Pedro Juan vive del turismo de compras y, cuando los precios se alinean, la frontera vuelve a moverse”, destaca.
A la reactivación comercial también se suman otros factores que impulsan la economía local. Por un lado, las industrias maquiladoras están trabajando a buen ritmo. Por otro, el flujo estudiantil brasileño —entre 10.000 y 12.000 jóvenes matriculados en instituciones educativas locales— representa un ingreso mensual estimado de US$ 10 millones para la ciudad. El agro también ayuda: la cosecha de maíz cerró con buenos resultados y la siembra de soja arranca optimista gracias a las lluvias.
No todo fue color de rosa este año. Medina reconoció que el ambiente político brasileño, polarizado entre Lula y Bolsonaro, afectó el ánimo de los consumidores. Además, algunas decisiones del gobierno brasileño —como la suspensión de ciertos financiamientos para maquinaria agrícola— redujeron la liquidez del agronegocio, uno de los grandes motores de consumo en la frontera. “Cuando ellos frenan, nosotros también lo sentimos”, explica.
Pero el cierre del 2025 apunta a superar incluso los números del año pasado. “Octubre fue el punto más bajo, pero noviembre y diciembre nos van a permitir cerrar por encima del 2024. Es un respiro muy esperado”, afirma.
La inauguración de un nuevo centro comercial también aporta a esa dinámica. No es un factor determinante, admite Medina, pero sí suma atractivo y eleva el estándar para captar nuevos segmentos, sobre todo de clase media y media alta brasileña, clientes que demandan infraestructura moderna y campañas más agresivas.
De cara al 2026, la CICTS se prepara para una estrategia más articulada. El proyecto principal será acompañar, junto con las autoridades locales de Pedro Juan y Ponta Porã, el hermoseamiento de la Línea Internacional, donde se habilitarán estacionamientos, áreas de paseo y mejoras urbanas. “Queremos convertir el microcentro en un shopping a cielo abierto. Si logramos una marca ciudad fuerte, podemos pasar de necesitar 6.000 turistas compradores por día a atraer 10.000 sin problemas”, asegura.
El desafío no es menor, pero Medina confía en que la ciudad está encaminada. “La frontera está quedando linda y creemos que podemos atraer mucha más gente de Brasil. Después de un año irregular, hoy por fin vemos un horizonte claro”, sostiene.
En sus 126 años, Pedro Juan Caballero vuelve a mostrar lo que ha demostrado en cada crisis: su capacidad de reinventarse desde el comercio, el turismo y la frontera viva que la define.
Tomás Medina, secretario de Actas de la CICTS
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