La semana pasada el barril de petróleo del Mar del Norte, mejor conocido como petróleo Brent, cotizó a US$ 20, un precio no visto en mucho tiempo, lo que en la primera impresión sería positivo para los importadores europeos de petróleo como Francia, teniendo en cuenta que el petróleo Brent es una referencia para el mercado del viejo mundo. Entretanto, el precio del petróleo de West Texas Intermediate (WTI) ayer dio la nota por amanecer a US$ 13 el barril y llegar a US$ -37,63 en un momento del día, llamando la atención de la comunidad internacional.
En términos concretos, la caída de los precios del petróleo se da por la menor demanda internacional marcada por el cese de las actividades de innumerables sectores económicos como medida de contención del COVID-19, a tal punto que los principales productores a nivel mundial, llámese estadounidenses, rusos o productores de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidieron recortar su producción para cuidar los precios.
¿Serán entonces beneficiados los países importadores con la baja catastrófica de los precios internacionales del petróleo? El economista Jorge Garicoche explicó que la caída de la demanda, específicamente la del petróleo WTI, se dio porque los operadores de petróleo empezaron a hacer espacio para la carga correspondiente al nuevo contrato de junio, es decir, el precio que cayó ayer corresponde al remanente liquidado.
En términos técnicos, el precio negativo visto en la mayoría de los medios se llama “precio spot”, que es un precio al que solo pueden acceder grandes industriales. “Son muy pocos los que pueden entrar a adquirir ese petróleo, lo que ocurrió fue que los contratos de mayo vencieron ayer y las operadoras lo liquidaron. Si es que por ejemplo Petropar se acerca a solicitar petróleo en este mercado, se topará con que en realidad el precio estará por los US$ 23 por barril con el contrato de junio”, indicó Garicoche.
Por otro lado, el especialista en relaciones económicas internacionales Gustavo Rojas agregó que la caída del precio del petróleo ya habitual en las últimas semanas afecta directamente a los productores regionales, como Brasil, Venezuela y probablemente Argentina. Sin embargo, en el caso de Paraguay la caída es beneficiosa, siempre y cuando los contratos de Petropar mantengan un esquema de contratación beneficioso.
“El petróleo es el principal producto importado de Paraguay, pero sin dudas la caída de los precios no está teniendo un impacto en el precio del pasaje por ejemplo”, acotó Rojas.
Empresas estadounidenses empiezan a quebrar
A pesar de que los principales productores mundiales de petróleo hayan acordado el recorte de 9.7 millones de barriles diarios entre mayo y junio y 8 millones para el resto del año, la demanda internacional sigue siendo inferior. El impacto negativo del COVID-19 y la baja de precios está volviéndose crítica para algunas empresas estadounidenses del estado de Texas, que ya registraron como 50 suspensiones de operaciones y están abrumadas por deudas en torno a US$ 200.000 millones que deben vencer en estos cuatro años.
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