El proyecto contempla la modernización y ampliación de la planta, que alcanzará una capacidad de procesamiento de 100.000 aves por día. Una vez en plena operación, se estima que generará alrededor de 1.100 empleos directos, además de dinamizar toda la cadena de valor vinculada a la avicultura: desde la producción de granos hasta el transporte y la distribución.
El anuncio se realizó durante una visita del presidente Santiago Peña a la planta de Seara, filial de JBS, en Dourados (Mato Grosso do Sul, Brasil). Allí, el mandatario destacó el potencial de la inversión como parte de un proceso histórico de integración económica entre Paraguay y Brasil.
“Queremos duplicar nuestra economía en los próximos 10 años, y creemos que el camino es mano a mano con el sector privado”, sostuvo Peña, al tiempo de remarcar que la llegada de JBS representa una “reconciliación” con Paraguay, después de que la compañía vendiera sus frigoríficos en 2017 como parte de una estrategia corporativa global.
La inversión no se limita a la planta industrial. JBS prevé instalar 28 granjas de material genético, incubadoras y una planta de balanceados, consolidando a Paraguay como una plataforma exportadora de carne aviar hacia Europa, Asia y Norteamérica.
Diversificación y futuro en porcinos y bovinos
Fuentes de la compañía adelantaron que la estrategia de expansión en Paraguay no se circunscribe al pollo. Existen planes en evaluación para incursionar nuevamente en el sector porcino y, en un mediano plazo, en la industria bovina, donde JBS ya tuvo una presencia significativa en el pasado con frigoríficos en Villa Hayes y Concepción.
El CEO global de la empresa, Gilberto Tomazoni, destacó que Paraguay ofrece condiciones favorables para la inversión por su disponibilidad de granos competitivos, energía, agua y mano de obra calificada. “No es solo una inversión en fábricas, sino en mercados de exportación y en capacidades que debemos construir. Queremos ser parte de la vida del país y crecer junto a él”, señaló.
La llegada de JBS se perfila como un catalizador para el desarrollo del sector avícola paraguayo, que aún mantiene una producción modesta en comparación con países vecinos como Brasil. Con la ampliación proyectada, la empresa planea pasar de los actuales 19 galpones de producción a 139, integrando a productores locales bajo un modelo de crecimiento conjunto.
Además, la iniciativa apunta a reforzar la competitividad paraguaya en el mercado internacional de proteínas animales, en un contexto donde la demanda global sigue en aumento. Para el país, la inversión no solo significa la creación de empleo y generación de divisas, sino también la transferencia de tecnología y la apertura de nuevos mercados.
JBS desembarcó en Paraguay en 2009 con la compra del frigorífico Frigomerc en Villa Hayes y más tarde construyó una planta en Belén, Concepción. Sin embargo, en 2017 decidió retirarse del negocio local como parte de una reestructuración internacional.
Ahora, el retorno se da en un contexto diferente: Paraguay busca consolidarse como polo agroindustrial y atraer capital extranjero para diversificar su economía. Para JBS, el país representa una oportunidad estratégica dentro de su plan global de expansión y mitigación de riesgos sanitarios y geopolíticos.
En palabras del propio presidente Peña: “El éxito de las empresas es el éxito de los trabajadores. Hoy escribimos un capítulo que marcará el futuro de nuestra región”.
Tu opinión enriquece este artículo: