Gerhard Yorg, propietario de Pomelero mencionó que se destacan en la planificación e implantación de proyectos, evaluación del suelo, técnica y fertilización. “Entre nuestros servicios la clave es que ofrecemos una amplia gama de plantas frutales”.
Pomelero busca no solo maximizar la producción agrícola, sino también promover prácticas sostenibles que aseguren la salud a largo plazo del suelo y las plantas.
Teniendo en cuenta las técnicas y cuidados de la planta, desde Pomelero comentaron sobre las variedades de mandarina que disponen, considerando su popularidad y consumo durante la temporada otoño-invierno.
“Entre las variedades de mandarina se encuentran la montenegriña, mexerica, okitsu, murcott, ponkan, dekopon; esta última, por ejemplo, no tiene semilla y es muy dulce, ideal para jugos. La mayoría son injertadas y pasan por un proceso para asegurar la calidad”, indicó Yorg.
La mandarina dekopon es una variedad exótica que está ganando popularidad en el mercado debido a su diseño distintivo, estructura y corteza ligeramente arrugada. Aunque las mandarinas son relativamente fáciles de cuidar en comparación con otras frutas, la producción enfrenta desafíos específicos.
Uno de los aspectos claves de cuidado es asegurar al menos cinco horas diarias de luz solar adecuada. Esto es fundamental para el desarrollo saludable de las plantas. Además, la fertilización es crucial durante la implantación en suelos que a menudo tienen una absorción no óptima de nutrientes como el NPK (nitrógeno, fósforo o potasio) y otros orgánicos.
La poda también desempeña un papel vital en el manejo de los cítricos, como las mandarinas, para gestionar el crecimiento vertical y evitar cruces de tallos que podrían afectar la salud y la producción de frutas. Este proceso se realiza después de la fructificación para optimizar la calidad y cantidad de los cultivos.
“Las mandarinas injertadas suelen comenzar a producir frutos en aproximadamente un año y medio, pero la cantidad y calidad de la cosecha dependen de factores como la edad de la planta, el tamaño del árbol y la capacidad de adaptación a condiciones variables como suelos; el paraguayo suele ser cítrico, pero en otras partes es arcilloso y estas deben mitigarse con técnicas como el camellón y coberturas orgánicas” explicó Yorg.
En cuanto al feedback de los clientes, desde Pomelero aseguraron el interés de muchas personas por las variedades de mandarinas, “Hay clientes interesados en cultivar para su consumo personal como otros que buscan integrar los frutos en un entorno más urbano o rural. La mandarina es una planta noble que casi todo el año produce frutos al igual que el limón y se adapta al lugar, lo que contribuye a la popularidad y la satisfacción general de las personas”, resaltó.
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