Luis Ruiz Díaz, representante de la cooperativa, recordó que la producción orgánica comenzó hace dos décadas, pero recién en 2012 pudieron inaugurar su propio ingenio en Arroyos y Esteros, departamento de Cordillera. “Tenemos socios en otras localidades vecinas; en su mayoría son pequeños productores, familias agricultoras”, señaló a este medio. Desde entonces, Manduvirá ha consolidado un modelo de producción que combina tradición, cuidado ambiental y acceso a mercados exigentes.
El éxito internacional se cimentó en la adhesión a estándares de comercio justo, lo que permitió a la cooperativa colocar su azúcar en destinos como la Unión Europea, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Japón y Perú. En paralelo, la materia prima paraguaya se transformó en insumo de chocolates, galletitas, mermeladas y otros productos elaborados en fábricas de Bélgica, Italia y Suiza. “El 60% de nuestra azúcar orgánica se utiliza como insumo; el resto va a consumo directo”, explicó Ruiz Díaz.
Uno de los hitos más destacados fue la llegada de la historia de Manduvirá hasta Amazon, la mayor tienda virtual del mundo. Allí se exhiben productos como los Organic Chocolate Chips de la cooperativa estadounidense Equal Exchange, elaborados con azúcar paraguaya, acompañados de información sobre la cooperativa y sus productores. “Para nosotros, estar en Amazon significa visibilidad más que ventas. Queremos que los consumidores conozcan quién produce el azúcar y en qué condiciones”, indicó Ruiz Díaz.
La cooperativa no solo exporta, sino que también desarrolla su propia marca, ofreciendo productos saludables con demanda internacional. “Queremos impulsar ese consumo interno y que la gente adopte el mismo hábito de alimentación saludable que promovemos afuera. La misma materia prima es elegida por marcas reconocidas en Europa como Zotter y Rapunzel, conocidas por su compromiso ético y ecológico”, agregó.
Con 770 productores asociados y un ecosistema que abarca logística, cortadores, proveedores y empresas, Manduvirá vincula a más de 20.000 personas y genera 350 empleos directos. “Detrás de cada colaborador hay familias que también se benefician. Ese es el verdadero impacto del comercio justo”, subrayó Ruiz Díaz.
El apoyo del Estado ha sido parcial. Paraguay cuenta con una ley de producción orgánica y, desde hace poco más de un año, el Ministerio de Agricultura y Ganadería habilitó una secretaría dedicada al rubro. Sin embargo, el énfasis sigue mayormente en la producción convencional. Además, la cooperativa ha enfrentado desafíos inesperados, como el hallazgo de cargamentos de cocaína ocultos en azúcar orgánica, que, según Ruiz Díaz, no afectaron la operatividad y fueron manejados con colaboración inmediata con las autoridades.
El caso de Manduvirá se presenta como un ejemplo a seguir para otros productores familiares. “Nos dicen menonitas o alemanes, pero nosotros somos paraguayos. Trabajamos como pequeños productores con el objetivo de mejorar la productividad y competir en igualdad de condiciones”, afirmó Ruiz Díaz, quien destacó que el contrabando de azúcar representa una amenaza directa al modelo de negocio y a los precios justos.
Hebe González de Bóbeda, directora de Alter Vida, organización que acompaña a familias campesinas en la producción orgánica, subrayó que la tendencia de consumo de alimentos orgánicos crece especialmente entre jóvenes y consumidores conscientes de Estados Unidos. “Eso representa un potencial de negocio importante para Paraguay y abre camino para que otras cooperativas puedan fortalecer sus mercados”, señaló.
Para Ruiz Díaz, Manduvirá demuestra que con planificación, capital humano y compromiso con la sostenibilidad, la agricultura familiar campesina puede no solo sobrevivir, sino prosperar en mercados internacionales. La combinación de comercio justo, innovación y visibilidad global parece ser la fórmula que permite que la caña de Paraguay llegue, literalmente, a la vitrina del mundo.
Tu opinión enriquece este artículo: