Ceuppens aseguró que siempre estuvo ligado al arte, “aunque mi formación inicial fue en arquitectura. El cruce entre disciplinas me llevó a explorar el espacio como lenguaje, y desde ahí empecé a trabajar con instalaciones, curadurías y proyectos que activan lo público. Mi inicio fue más intuitivo que programático: intervenir, observar, proponer”, relató.
Esa búsqueda inicial, nacida de la curiosidad y la observación, marcó el inicio de un recorrido que con los años fue ganando profundidad conceptual y fuerza estética. El trayecto artístico de Ceuppens refleja una evolución constante. En sus primeros años, la preocupación por la forma y la composición dominaban su proceso creativo. “Al principio me interesaba la forma como gesto, luego la forma como pregunta. Hoy trabajo desde la idea de dispositivo: cómo una obra puede activar relaciones, memorias, tensiones”, explicó.
Su obra actual se caracteriza por una apertura hacia el contexto, la participación y el diálogo con el entorno. El artista ya no busca representar una idea de manera literal, sino provocar una reflexión. “El estilo se volvió más conceptual, más abierto a la participación y al contexto. Ya no busco representar, sino provocar”, resumió.
En su universo visual, las estructuras se disuelven para dar paso a experiencias sensoriales que invitan a pensar. La luz, el espacio y la geometría dejan de ser herramientas de composición para convertirse en protagonistas simbólicos.
“Son elementos estructurales. La luz como revelación, el espacio como campo de acción, la geometría como orden que puede ser subvertido. Me interesa cómo esos tres factores pueden construir atmósferas, narrativas silenciosas, o incluso incomodidades que invitan a pensar”, detalló Christian. Él no busca el confort visual, sino la pregunta: cada obra es una invitación a explorar lo invisible, a descubrir lo que el espacio oculta o revela.
Desde su perspectiva, el panorama del arte contemporáneo en Paraguay atravesó una transformación significativa. “Cambió mucho. Hay más apertura, más curiosidad, más diálogo. Pero también persisten resistencias, sobre todo cuando el arte incomoda o cuestiona. Lo que celebro es que hoy hay más artistas, más espacios, más públicos dispuestos a habitar la incertidumbre que propone el arte contemporáneo”, dijo.
Por otro lado, en cómo se adapta la sostenibilidad dentro de las creaciones artísticas y arquitectónicas Ceuppens reflexionó que, “no se trata solo de materiales o eficiencia energética, sino de cómo habitamos el mundo, cómo lo representamos, cómo lo transformamos. El arte y la arquitectura pueden ser aliados en imaginar futuros más justos, más sensibles, más conscientes.”.
El artista trabaja actualmente en diversos frentes que reflejan la amplitud de su práctica. “Estoy trabajando en varias capas: curadurías vinculadas al Museo Vivo, intervenciones urbanas que dialogan con la memoria y el territorio, y propuestas pedagógicas que cruzan arte y ciudad”, explicó. Además, colabora en proyectos de puesta en valor patrimonial desde una mirada crítica y contemporánea.

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