Son muchos los bancos que han comprendido el valor de crear comunidades financieras abiertas, sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer en materia de adopción de modelos colaborativos más profundos por parte de las organizaciones financieras. La aplicación de dichos modelos les permitiría ahorrar tiempo y recursos y habilitaría a los equipos internos a centrarse en diferenciar su negocio donde realmente importa. Entonces, ¿cómo puede una organización liberarse de las estructuras y actitudes heredadas para integrarse e interactuar mejor con los socios?
En primer lugar, una de las claves en la actualización de sus estrategias se basa en adoptar una mentalidad de crecimiento. Tradicionalmente, los bancos han tendido a ver a los terceros como proveedores, tratando la relación como un intercambio transaccional. En este sentido, la modificación de los bancos debe darse a través de la adopción de una mentalidad de crecimiento que motive la participación de una comunidad más amplia. Al interactuar con un ecosistema de socios y tratarlos como un valioso conjunto adicional de expertos, los bancos pueden acelerar la resolución de problemas y alcanzar sus objetivos comerciales más rápidamente.
En segundo lugar, y no por ello menos importante, viene a consideración la cultura abierta, que define el modo en el que queremos relacionarnos con nuestros socios, clientes y comunidades. En esta línea, la innovación no implica la mera adopción de tecnologías de última generación, sino la decisión de darles un rol protagónico a los colaboradores. Por eso, los programas de transformación digital que Red Hat diseña para sus clientes del sector financiero, no solamente comprenden el desarrollo de nuevas tecnologías, sino la necesidad de que madure un cambio cultural hacia el interior de cada compañía, que permita incrementar la agilidad, flexibilidad y espíritu colaborativo entre los equipos. Si los diferentes departamentos no están configurados para interactuar entre sí, es importante trabajar en esas barreras y construir puentes para garantizar que todos estén incluidos.
No sólo es relevante la colaboración interna, sino también a nivel externo. En este sentido, los bancos deben también humanizar las relaciones comerciales. Los más exitosos se basan en la comprensión mutua de lo que hace funcionar a los demás, lo que motiva a alguien a comportarse como lo hace y lo que impulsa su desempeño. Conocer a las personas a un nivel más personal puede crear relaciones profundamente arraigadas en las que todos se sientan completamente involucrados en impulsar el proyecto. Es posible que el sector bancario no sea conocido por fomentar la vulnerabilidad, pero revelar un poco más lo humano que hay en nosotros es un ingrediente clave para construir relaciones de confianza. La pandemia ha agregado urgencia a la necesidad de una mayor empatía para guiar a las personas a través de las dificultades y ha demostrado cómo estas pueden unirse a través de experiencias emocionales compartidas para manejar mejor la adversidad. Paralelamente, al aprovechar las plataformas de código abierto, los bancos pueden tener la oportunidad de proporcionar servicios innovadores para sus clientes y mantenerse a la vanguardia, al mismo tiempo que garantizan las normas de cumplimiento y de seguridad.
Por último, para lograr una relación sostenible con los clientes, los bancos necesitan enfrentar los desafíos tecnológicos que presentó el Covid19, y simplificar la experiencia del usuario para mejorar los procesos. Construir una plataforma tecnológica consistente, es una sólida estrategia de integración. Desde ya las organizaciones necesitan repensar las arquitecturas de su sistema y cambiar hacia modelos de plataforma abierta.
En el caso de utilizar contenedores para aprovechar la escala de la nube, establecer una plataforma común en la base de la pila de tecnología que se ejecute de manera uniforme puede proporcionar más control, seguridad y estabilidad. Una capa de administración de aplicaciones común que es independiente de la tecnología subyacente y se basa en APIs abiertas, brinda a los equipos internos junto con los socios una mayor libertad para colaborar, lo que acelera la innovación. Además, ayuda a evitar el riesgo de terminar con muchas integraciones personalizadas, lo que puede generar sobrecostos, interrupciones o problemas relacionados con los servicios para los clientes.
En síntesis, el progreso puede suceder mucho más rápido cuando las personas y los equipos trabajan juntos. A medida que más empresas de la banca y las industrias adyacentes se den cuenta de las oportunidades inherentes resultantes de una mayor apertura, comenzaremos a ver una innovación sin precedentes en los servicios financieros, creando mejores experiencias para los clientes.
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