El nuevo formato divide a los 48 equipos en 12 grupos de cuatro selecciones cada uno. Cada equipo disputará tres partidos en la fase de grupos, enfrentando a los otros tres miembros de su grupo en un sistema de todos contra todos. Avanzarán a la siguiente ronda los dos primeros de cada grupo, junto con los ocho mejores terceros lugares, sumando un total de 32 equipos en la fase eliminatoria. Este sistema se asemeja al utilizado en los campeonatos europeos recientes, como la Eurocopa.
La fase de eliminación directa comenzará con una nueva "Ronda de 32", lo que incrementa el número de partidos de 64 a 104 en toda la competencia. Este aumento también extiende la duración del torneo de 32 a 39 días, lo que representa un desafío logístico y organizativo para los países anfitriones.
Los anfitriones del torneo serán Estados Unidos, México y Canadá, quienes ya han comenzado los preparativos para recibir a las selecciones y aficionados de todo el mundo. Se espera que los partidos se disputen en 16 ciudades diferentes, con la final programada para el estadio MetLife en Nueva York/Nueva Jersey.
En cuanto a la clasificación, el número de plazas asignadas a cada confederación ha sido ajustado para reflejar mejor la distribución geográfica del fútbol mundial. Por ejemplo, África contará con 9 equipos clasificados, Asia con 8, Europa con 16, América del Sur con 6, América del Norte con 6 (incluyendo a los tres anfitriones), Oceanía con 1 y 2 equipos adicionales provenientes de playoffs intercontinentales.
Este cambio ha generado diversas reacciones. Algunos consideran que la expansión permitirá a más países participar y desarrollar su nivel competitivo, mientras que otros temen que pueda diluir la calidad del torneo. FIFA ha defendido la decisión, argumentando que el fútbol es un deporte global y que el Mundial debe reflejar esa diversidad.
Además, la expansión ha abierto la puerta a nuevas oportunidades comerciales y de patrocinio, lo que podría generar ingresos adicionales para los organizadores y las selecciones participantes. Sin embargo, también plantea desafíos en términos de logística, infraestructura y calendario de competiciones.
En resumen, la Copa Mundial de la FIFA 2026 representará una transformación significativa en la historia del torneo. Con un formato ampliado y una estructura reorganizada, el evento promete ser una celebración global del fútbol, ofreciendo a más países la oportunidad de competir en el escenario más grande del deporte.
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