De acuerdo con el reporte de la consultora Mentu, las exportaciones totalizaron 29.207 toneladas, una caída del 10,1% respecto a septiembre del año pasado. Sin embargo, el valor de esas ventas alcanzó los US$ 149,3 millones, lo que representa un incremento interanual del 19,6%.
En otras palabras: Paraguay exportó menos carne, pero cada tonelada vendida generó más ingreso. El precio promedio se elevó a US$ 5.114 por tonelada, frente a los US$ 4.141 registrados hace un año. La mejora de precios compensó la contracción en volumen y dejó un saldo positivo para el sector, que cerró el mes con mayor ingreso neto de divisas.
En la lista de destinos, Chile se mantiene firme como principal mercado, con el 41% de participación sobre el total exportado. Le siguen Taiwán (13%), Brasil (10%), Israel (9%) y Estados Unidos (8%). Estos cinco países concentran el 81% de los envíos, demostrando la fortaleza —pero también la dependencia— de Paraguay respecto a un grupo reducido de compradores estables.
Para el mercado chileno, Paraguay continúa siendo un socio clave por su consistencia en el abastecimiento y la calidad sanitaria de la carne. Taiwán, por su parte, se consolida como un destino en crecimiento, mientras que Estados Unidos representa una oportunidad de mediano plazo, con perspectivas de aumentar su cuota de importación en los próximos años.
Si se observa el acumulado del año, entre enero y septiembre se exportaron 276.764 toneladas, lo que significa una baja del 4,1% frente al mismo periodo de 2024. Aun así, el ingreso total fue de US$ 1.764 millones, con un aumento del 8,5% interanual.
El resultado confirma que el sector está sabiendo adaptarse a un contexto global desafiante, marcado por la volatilidad cambiaria, los costos logísticos y la competencia de países vecinos. El factor precio volvió a ser el principal aliado, impulsado por la recuperación del consumo en mercados premium y la reducción de oferta en plazas competidoras como Australia y Uruguay.
En los últimos años, Paraguay ha priorizado mercados que valoran la trazabilidad, la inocuidad y la calidad del producto. Este cambio de estrategia —de volumen a valor— está mostrando resultados: el país logra mantener sus ingresos incluso con menos carga exportada.
El sector privado también observa con expectativa la reciente apertura del mercado panameño, que ya recibió su primer embarque de carne bovina paraguaya, y el interés de nuevos compradores asiáticos como Filipinas o Singapur. Cada nueva plaza diversifica el riesgo y amplía el margen de negociación.
Las perspectivas para el cierre de 2025 apuntan a un escenario de precios firmes y leve recuperación del volumen exportado hacia fin de año. Los frigoríficos locales confían en que la demanda de las fiestas en el hemisferio norte ayude a dinamizar los envíos, mientras que los productores esperan estabilidad en los costos de producción y energía para sostener la rentabilidad.
El negocio de la carne bovina sigue siendo una de las principales fuentes de ingreso para el país —junto con la soja y la energía—, y su evolución será clave para el desempeño general de las exportaciones en el último trimestre.

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