Fernando es muy consistente con su respuesta, “vendemos experiencias, emociones y recuerdos. Cuando todos lo entendemos así, el trabajo se vuelve mucho más lindo”
¿Cuál es tu filosofía de trabajo?
Creo que lo más importante es hacer las cosas con pasión y con ganas de dejar huella. Me gusta trabajar en equipo, rodearme de gente que disfrute lo que hace y que se anime a probar cosas nuevas. Para mí, el marketing es estrategia, sí… pero también es energía, creatividad y disfrutar el camino mientras buscamos resultados.
¿Quién fue tu mayor mentor o fuente de inspiración en tu carrera y qué aprendiste de esa persona?
Tuve la suerte de cruzarme con varios cracks en el camino, pero hubo un jefe en mis primeros años que me marcó mucho. Me enseñó que las marcas se construyen con coherencia y honestidad, que no sirve de nada una gran campaña si la marca no transmite algo real y consistente. Eso me lo guardé para siempre.
¿Qué estrategias considerás esenciales para posicionar una marca en mercados competitivos?
Para mí hay tres claves: contar historias que conecten de verdad con la gente, ser muy consistente en el mensaje y crear experiencias que la gente no olvide. Hoy no alcanza con estar presente en todos lados, tenés que generar algo que te diferencie y que haga que el consumidor te elija porque siente algo por tu marca.
¿Qué rol juegan la inteligencia artificial y la tecnología en la transformación del marketing actual?
Un rol enorme. Hoy la tecnología nos ayuda a conocer mucho mejor al consumidor, a tomar decisiones rápidas y a personalizar experiencias. La IA es una herramienta increíble para entender datos, anticipar tendencias y optimizar campañas, pero al final del día, la parte humana, la creatividad y la sensibilidad siguen siendo insustituibles.
¿Cómo equilibras la creatividad con la necesidad de medir resultados y lograr objetivos concretos?
Para mí no son opuestos. La creatividad te da el impacto, y los números te muestran el camino. Intento siempre definir qué buscamos lograr antes de arrancar una acción, pero dejando espacio para ideas locas, para probar cosas nuevas. Medimos, aprendemos y mejoramos, pero nunca matamos la chispa creativa por quedarnos solo en la planilla de Excel.
¿Qué es lo que más te apasiona de tu trabajo y cómo le transmitís eso al equipo?
Lo que más me gusta es ver cómo las marcas que manejamos se vuelven parte de momentos especiales para la gente, cómo un vino o un champagne acompaña celebraciones únicas. Eso me motiva mucho y trato de transmitirlo al equipo recordándoles siempre que no vendemos botellas, vendemos experiencias, emociones y recuerdos. Cuando todos lo entendemos así, el trabajo se vuelve mucho más lindo.
¿Qué proyecciones tienen para el sector este año?
El segmento premium sigue creciendo en Paraguay. Cada vez más gente busca vivir experiencias de calidad, probar cosas nuevas, compartir buenos momentos. Este año queremos reforzar esa conexión con activaciones distintas, alianzas estratégicas y experiencias que acerquen nuestras marcas a más personas, pero siempre con ese toque especial que nos caracteriza.
¿Qué hobbies o intereses fuera del trabajo te ayudan a mantenerte motivado?
Soy muy sociable y me encanta la música y la gastronomía. Reuniones con amigos y familia, abrir un buen vino, jugar fútbol o escuchar música en vivo son mis formas de desconectar y recargar energía. Ahí es donde muchas veces surgen las mejores ideas, lejos de la oficina y cerca de la gente que quiero.
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