Francisco Gubetich, director de operaciones de Grosso, explicó que detrás de cada plato hay una filosofía que va más allá de la cocina. “Nuestras pastas son únicas porque se acompañan de salsas tradicionales italianas, elaboradas con ingredientes auténticos y recetas fieles a la cocina de la nonna. Cada plato combina sabores intensos y equilibrados que evocan el espíritu de una trattoria italiana, simple, generosa y hecha con amor”.
En Grosso, la carta ofrece desde spaghetti, tagliatelle, gnocchi, penne y rigatoni hasta su icónica Lasagna della Nonna, que comparte protagonismo con el infaltable Spaghetti alla Bolognesa.
Gubetich observó, además, una evolución en el paladar local. “El cliente paraguayo siempre tuvo una gran afinidad por las pastas; no es algo nuevo, pero en los últimos años notamos una apertura mayor a explorar sabores que van más allá de lo tradicional. Hoy muchos se animan a probar salsas con un toque picante, combinaciones con frutos de mar o ingredientes típicamente italianos como el guanciale”, dijo.
En este recorrido por la ruta de la pasta en Paraguay tampoco puede faltar un nombre que se ha ganado su lugar entre los amantes de la gastronomía italiana, se trata de Bucca Pastas, que se destaca por su propuesta artesanal, una fábrica donde cada pasta se elabora a mano, con ingredientes frescos y seleccionados, sin conservantes innecesarios, con un toque único e innovador que nos caracteriza.
“En Bucca ofrecemos una amplia variedad de pastas frescas, tanto tradicionales como rellenas, elaboradas artesanalmente con ingredientes seleccionados. Entre las opciones más elegidas por nuestros clientes se destacan los raviolones Bucca, una creación exclusiva de la casa, los ravioles de salmón, el pappardelle con frutos de mar, los sorrentinos caprese, el gnolotis de osobuco, el torteletis de cordero, el panzottis tricolor, los ñoquis y capelletis, clásicos que siguen conquistando paladares y los tallarines artesanales cortados a cuchillo, una textura única que resalta en cada bocado”, dijo Clara Florentin, encargada del Departamento de Marketing.
Además, agregó que mantienen la preferencia combinando la elaboración artesanal de sus pastas con un menú que se renueva constantemente. “Cuidamos cada detalle y escuchamos siempre a nuestros clientes, lo que nos permite ofrecer tanto sabores tradicionales como nuevas propuestas, sin perder nuestro sello de calidad. Nos gusta innovar y explorar nuevas combinaciones que reflejen la pasión y dedicación que ponemos en cada detalle de nuestra propuesta. Siempre buscamos crecer y ofrecer experiencias diferentes, manteniendo la esencia artesanal que nos identifica. Muy pronto se sumarán nuevas opciones a nuestra carta, pensadas para sorprender y seguir conquistando a quienes disfrutan de la buena cocina”, comentó.
Otro lugar que sigue enamorando a los amantes de la pasta con sus recetas tradicionales y sabores irresistibles es Trattoria Pomodoro, donde la chef Rosana Chena defendió con orgullo la tradición artesanal de la pasta fresca. “Usamos solo pasta al huevo de nuestra propia producción. La pasta viene trefilada en molde de bronce, lo que le da una textura más rústica y porosa, ideal para que la salsa se adhiera mejor”.
Su carta rinde tributo a la Italia más clásica con platos como los avioles de ricotta y espinaca con ragù bolognese, o el favorito del público: fettuccine alla carbonara, elaborado respetando la receta original, con yema, queso pecorino y guanciale, sin crema ni atajos. “Nos visitan muchos clientes extranjeros que reconocen en nuestra cocina ese sabor auténtico de Italia”, comentó Chena.
El Día de la Pasta es una excusa perfecta para volver a la mesa, compartir historias y celebrar la calidez de una receta que une generaciones, ya sea con un bolognese que huele a domingo, un gnocchi tierno o una carbonara de esas que hacen suspirar, la pasta sigue siendo el idioma más delicioso del mundo.

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