“Soy nikkei, hija de padre japonés y madre paraguaya. Nací en Paraguay, pero viví muchos años en Japón”, contó Maki. Desde pequeña creció entre dos culturas, absorbiendo lo mejor de cada una, la disciplina y perfección japonesa, y la calidez y resiliencia paraguaya.
De adulta, trabajó en Japón en distintas empresas, una de ellas en el rubro gastronómico. “Ahí nació mi sueño de traer ese concepto a mi país. Quería que los paraguayos pudieran vivir una experiencia japonesa auténtica, pero a su manera, con alma local”, recordó.
Hace 16 años regresó a Paraguay para convertir ese sueño en realidad. Así nació Yakitori Club, su primer emprendimiento, que comenzó con unos simples pinchos de asaditos bañados en salsa teriyaki. “En ese tiempo el sushi no era conocido. Me preguntaban si realmente se comía crudo o cómo se usaban los palitos. Era todo nuevo”, agregó.
Maki fue una de las pioneras en vender comida japonesa callejera en Paraguay, y con el tiempo, Yakitori Club se convirtió en un punto de referencia para los amantes del sushi y los sabores orientales. “Al principio muchos dudaron, pero yo siempre fui de las que hacen las cosas con pasión. Me encantan los desafíos”, afirmó.
Un nuevo sueño en movimiento
Hoy, después de cerrar el ciclo de su emblemático local sobre General Santos, Maki abre un nuevo capítulo con Kaitensu, ubicado en la zona gastronómica de La Cuadrita (entre Cruz del Chaco y Charles de Gaulle, Villa Morra).
El concepto es tan simple como fascinante: una cinta transportadora, o kaiten sushi, como se conoce en Japón, recorre el counter principal del restaurante, donde los platillos desfilan frente a los comensales en un colorido carrusel de sabores. “Cada platito tiene un color y un precio distinto, con dos o tres piezas de sushi. Es divertido, dinámico y visualmente hermoso”, explicó Maki.
La máquina fue traída especialmente de Japón, un proceso que tomó más de seis meses de planificación, inversión y logística. “Fue un riesgo enorme, la máquina costó muchísimo, pero decidí apostar por algo que nadie se había animado a hacer. Quería volver a ser pionera, como lo fui hace 16 años”, contó.
Los comensales podrán disfrutar también de nigiris, sashimis, rolls calientes, arroz frito (yakimeshi), pollo frito japonés, milanesitas de salmón y postres típicos, todos presentados sobre la cinta. “Queremos que sea una experiencia completa, donde también haya opciones calientes y platos tradicionales de Yakitori Club”, aclaró Maki. Además, el local contará con mesas para quienes prefieran pedir a la carta, incluyendo ramen y otros clásicos japoneses.
Una vez por semana se celebrará el día del “sushi libre”, donde los clientes podrán pagar un precio fijo y disfrutar sin límites de todo lo que circule por la cinta. La ambientación del lugar también promete sorprender. “Hace poco volví de Japón y traje varios detalles auténticos para la decoración. Quiero que la gente se sienta transportada al Japón moderno, pero cálido”, relató.
Además, los clientes más entusiastas tendrán su recompensa: “Quienes consuman más de diez platillos recibirán un regalo personalizado, como los hashis (cubiertos) conmemorativos”.
“Kaitensu” combina las palabras japonesas kaiten (cinta transportadora) y su (sushi). “Es el resumen perfecto de lo que hacemos, movimiento, sabor y cultura. Es mi forma de traer un pedacito de Japón a Paraguay”, dijo Maki.
Aunque uno de sus locales de Yakitori Club cerrará, el de Lambaré seguirá funcionando: “Mucha gente pensó que cerraba todo, pero no. Solo cierro el ciclo del primer local, el más emblemático, para poder abrir este nuevo sueño”.
Para Maki, abrir Kaitensu es una declaración de fe en los sueños. “Cuando abrí Yakitori Club, me decían que nadie comería sushi en la calle y acá estamos, 16 años después, trayendo el primer sushi en movimiento del país. Hace años no era el momento, hoy sí. Paraguay está listo, y yo también”, concluyó.
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