La propietaria, Alejandra Ayala, recordó con emoción los inicios. “Fue el 13 de mayo, y este 13 de septiembre cumplimos cuatro meses. La idea nació con la intención de ofrecer café de especialidad en un espacio donde la gente pueda sentirse como en casa, pero con un plus, que cada visita sea también una experiencia”.
El corazón de Artemisa es su café de especialidad, que Alejandra selecciona cuidadosamente. “Trabajo con granos de Antillas, un café boliviano arábico con notas de chocolate y canela. Es un café suave, no fuerte, muy agradable, que enamora al paladar y que lo diferencia del café común”, explicó.
Acompañar el café es casi un ritual, croissants dulces (dulce de leche, guayaba, jamón y queso), versiones saladas como el croissant caprese o el americano (con huevo revuelto, panceta y muzzarella), waffles personalizables con frutas, miel o leche condensada, y los clásicos belgas (tradicional y caprese), que son un éxito entre quienes buscan un combo de sabor y textura.
Pero si hay un protagonista inesperado en Artemisa, ese es el matcha, que según la propietaria, “está saliendo muchísimo, atrae mucho a la gente. El Late Matcha es un clásico, pero también tenemos el Matcha Ichigo, con mermelada de frutilla, y el Tropical Matcha, que lleva mermelada de mburucuyá, leche y hielo. La gente lo ama porque es fresco, diferente y visualmente hermoso”, agregó.
La carta se completa con milkshakes (americano, caramelo, chocolate), frappés con espresso, jugos naturales y una variedad de opciones frías que acompañan tanto al café como a los dulces. Artemisa también conquista con el ambiente del lugar, con una decoración en tonos blancos y verdes agua, el lugar combina un aire moderno e instagrameable con la calidez de un espacio hogareño.
“Queremos que la gente se sienta cómoda. Es un lugar sencillo y silencioso, donde también podés venir a trabajar sin problema, pues ofrecemos wifi, enchufes y un ambiente pensado para estudiar o usar la computadora”, destacó Alejandra. El horario de apertura acompaña ese concepto de café-respiro, de martes a domingo, de 15:00 a 20:30 horas.
El nombre de la cafetería encierra más de una historia. “Artemisa es una diosa griega vinculada a la fertilidad, y me gustó porque además lleva en su inicio la palabra arte. Para mí, lo que hacemos acá tiene mucho de arte, desde el café hasta las actividades que proponemos”, explicó la fundadora.
Ese espíritu se refleja en los Baby Showers creativos, uno de los servicios más originales de Artemisa. “No queríamos hacer lo típico de bocaditos y nada más. Ofrecemos actividades como pintar cuadritos o bodys de bebé, para que las personas puedan divertirse, expresarse y llevarse un recuerdo único. Es otra forma de vivir un Baby Shower, más participativa y artística”, detalló Alejandra, quien viene trabajando en este concepto desde hace tres años y ahora lo potenció con la cafetería.
“Para este verano queremos implementar pizzas napolitanas estilo octavo, lanzarlas entre finales de septiembre y octubre. También planeamos habilitar un sector al aire libre para que la gente que prefiere estar afuera tenga un espacio cómodo. La idea es seguir ampliando el menú, ofrecer opciones light y mantener siempre esa sensación de hogar que nos caracteriza”, concluyó.
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