Los fondos de pensiones y jubilaciones (FPJ) son un pilar fundamental en la seguridad financiera a largo plazo de toda economía de capitales, ya que proporcionan a las personas unos ingresos estables durante su jubilación. Estos FPJ recopilan, gestionan y distribuyen los ahorros destinados para la jubilación, y su importancia radica en garantizar que las personas puedan mantener un nivel de vida adecuado una vez que dejan de trabajar.
Función primordial de los FPJ
La función principal de los FPJ es la de recaudar y administrar las contribuciones de trabajadores y empleadores a lo largo de la vida laboral del aportante. Estas recaudaciones deben a su vez ser invertidas por el FPJ en diversas clases de activos con el objetivo de generar rendimientos que incrementen el valor del fondo. Al momento de la jubilación, el fondo proporciona ingresos a los beneficiarios, ya sea como una suma global o como pagos periódicos.
Estructura de los FPJ
En términos de estructura, los FPJ pueden ser de aportes definidos o de beneficios definidos. En los planes de aportes definidos, el monto de la pensión depende de las contribuciones realizadas y del rendimiento de las inversiones. Por otro lado, en los planes de beneficios definidos, el empleador garantiza una pensión específica basada en factores como el salario final y los años de servicio. Algunos sistemas combinan aspectos de ambos modelos.
Observando casos de éxito en economías emergentes, se pueden identificar elementos
comunes que contribuyen a sistemas de pensiones robustos y sostenibles. Por ejemplo, Chile implementó un sistema de pensiones basado en cuentas individuales de aportes definidos en la década de 1980, lo cual aumentó la cobertura del sistema y mejoró la transparencia y eficiencia de las pensiones. Otros países han seguido modelos similares, adaptándolos a sus realidades económicas y demográficas específicas.
Supervisión de los FPJ
Los FPJ tienen mucha afinidad con las entidades financieras supervisadas por el Banco Central del Paraguay (BCP), en el sentido de que tantos los FPJ como las entidades financieras administran fondos ajenos (no propios) compuestos en su mayoría por dinero de los aportantes (o depositantes en el caso de las entidades financieras), dinero que debe ser reinvertido a los efectos de generar rendimiento para los beneficiarios (jubilación para los aportantes, o intereses para los depositantes).
La supervisión y regulación de los FPJ son cruciales para proteger los intereses de los aportantes y garantizar la estabilidad del sistema financiero. Una regulación efectiva debe asegurar la transparencia en la toma de decisiones, la adecuada diversificación del riesgo, y la solvencia de los fondos.
Además, debe promover prácticas de gobierno corporativo sólidas y velar por que los gestores de los fondos actúen en el mejor interés de los beneficiarios. En pocas palabras, los FPJ deben estar supervisados y regulados casi tal cual como lo están todas las entidades financieras y los bancos supervisados por el BCP. Es ahí donde radica la importancia capital de la existencia y buen funcionamiento de la Superintendencia de Fondos de Pensiones y Jubilaciones.
Superintendencia de Pensiones y Jubilaciones en Paraguay
La creación de la Superintendencia de Pensiones y Jubilaciones en Paraguay representa una transformación significativa en el sistema de pensiones del país. Esta entidad buscará regular y supervisar a las entidades de pensiones públicas y privadas, introduciendo un marco legal más estructurado para la gestión de fondos de jubilación y pensiones.
La implementación de la ley ha generado debates públicos intensos, manifestando preocupaciones de sindicatos, jubilados y trabajadores que temen por la integridad de sus futuros beneficios y la gestión de sus contribuciones.
La importancia del debate no es menor. Este tipo de reforma es compleja y usualmente busca equilibrar la protección y seguridad financiera de los jubilados con la sostenibilidad y eficiencia del sistema de pensiones.
Los desafíos incluyen la transparencia en la gestión, la adecuada inversión de los fondos y la equidad en el reparto de beneficios. Es esencial que la implementación de tal superintendencia se realice con un enfoque inclusivo y participativo, asegurando que todas las partes interesadas sean consideradas y que se mantenga un diálogo abierto sobre las implicaciones y el funcionamiento de la nueva entidad reguladora.
Ahora bien, la oposición presentada por los sindicatos, jubilados y trabajadores en los días en que se aprobaba la ley en el Congreso es muy atendible. Es una ley de importancia radical para el futuro de ellos. Sin embargo, ante la ausencia total de supervisión de los FPJ hasta ese momento hace que la conclusión de que “un mal control es mejor que ningún control” no resista debate. La creación de la Superintendencia de los FPJ es, a pesar de todas las críticas que pueda recibir la ley aprobada, un mal absolutamente necesario.
Ahora es el momento de invertir energías, recursos y esfuerzo conjunto para implementar y mejorar el funcionamiento de la Superintendencia de los FPJ, a los efectos de fiscalizar y supervisar la gestión de los FPJ, y convertirlos en entidades de administración patrimonial ejemplares. Las entidades supervisadas por el BCP generan récords de rendimientos sistemáticamente todos los años. Es momento de que los FPJ dejen de ser deficitarios y se unan al grupo de las entidades rentables supervisadas por el BCP.
Conclusiones
A medida que las economías emergentes continúan desarrollando y mejorando sus sistemas de pensiones, la adaptación a las realidades locales, el fomento de la inclusión y la implementación de prácticas sostenibles serán claves para garantizar sistemas robustos y beneficiosos para todas las partes involucradas. La innovación constante y el aprendizaje de los casos de éxito internacionales pueden ofrecer valiosas lecciones y contribuir al desarrollo de fondos de pensiones que soporten las necesidades de una población jubilada creciente y diversa.
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