El especialista destacó que la oferta de propiedades se diversificó. Además de los tradicionales loteamientos urbanos y semiurbanos, hoy existe una fuerte demanda de viviendas modestas de uno o dos dormitorios, muchas de ellas vinculadas a programas sociales como Che Roga Porã. En paralelo, crecieron los proyectos de dúplex y viviendas compactas en zonas céntricas, donde la densidad obliga a optimizar el espacio. Sobre la Ruta 2, ganaron protagonismo los terrenos con uso mixto y esquinas comerciales.
Respecto al perfil de compradores, Bonini señaló que predominan las familias jóvenes que buscan instalarse cerca del área metropolitana y acceder a mejores oportunidades laborales. También se suman familias que residían en periferias de Asunción y hoy buscan consolidarse en Itauguá con una vivienda propia. Por otro lado, operan inversionistas locales que compran lotes para subdividir o desarrollar pequeños proyectos, junto con inversores externos interesados en ubicaciones estratégicas sobre corredores principales.
La Ruta PY02 aparece como la columna vertebral del desarrollo. Su duplicación y modernización dispararon la valorización de terrenos cercanos, al punto de que los anuncios destacan propiedades “sobre Ruta 2” o “a metros de la Ruta” como un diferencial clave. Bonini resaltó que el acceso directo a esta vía determina qué lotes resultan más atractivos para el mercado, ya que garantizan visibilidad y conectividad inmediata.
En cuanto a tendencias arquitectónicas, el arquitecto describió un cambio hacia proyectos que priorizan la funcionalidad sobre el lujo. Los desarrollos incorporan áreas verdes, ventilación cruzada y luz natural como elementos esenciales. Se observa también un auge de viviendas modulares compactas y de edificios con planta baja comercial y planta alta residencial, especialmente en corredores estratégicos. Las fachadas modernas con líneas limpias transmiten el carácter de vanguardia que busca posicionar a la ciudad.
Al comparar Itauguá con otras ciudades del departamento Central, Bonini resaltó su ventaja estratégica. La conexión con Areguá, Ypacaraí y Capiatá, sumada al gran inventario de terrenos y al respaldo de proyectos privados y municipales, fortalecen su atractivo para invertir. Sin embargo, advirtió que la ciudad todavía enfrenta desafíos importantes, como la expansión de servicios básicos, espacios públicos y obras de infraestructura que acompañen el crecimiento.
El riesgo del crecimiento desordenado y la especulación inmobiliaria aparecen como puntos críticos. Bonini consideró que la Municipalidad debe anticiparse y gestionar un plan urbano que evite desequilibrios. A pesar de esas alertas, sostuvo que Itauguá se encuentra en una etapa de ascenso, con márgenes de revalorización interesantes para quienes apuesten de forma planificada.
Mirando hacia el futuro, el arquitecto proyectó que en los próximos cinco años aumentará la densificación urbana, con más viviendas compactas y mejoras en la infraestructura municipal. Anticipó también un incremento de la plusvalía en terrenos cercanos a la PY02, al corredor Luque–Areguá y a la zona del Lago Ypacaraí. “El interés desde Asunción seguirá creciendo y eso convertirá a Itauguá en un destino de inversión cada vez más competitivo”, aseguró.
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