Touring y Automóvil Club Paraguayo (TACPy) y la Federación Internacional del Automóvil (FIA) realizaron un informe sobre la situación vial de los menores y el contexto general en términos de accidentes que afectan a toda la población.
De acuerdo al relevamiento del TACPy en función de los datos provistos por la Dirección de Estadística de la Policía Nacional, en los primeros seis meses de 2017, en Paraguay 58 niños perdieron la vida en siniestros viales: 24 de 0 a 13 años de edad, y 34 de 14 a 17 años. Además, 220 niños de 0 a 13 años de edad sufrieron heridas de diferente gravedad y también se registraron 336 lesionados de 14 a 17 años. En relación a años anteriores, el promedio es de 128 muertes y 845 lesionados cada doce meses.
En toda América Latina y el Caribe, la tasa de mortalidad a causa de los traumatismos por accidentes de tránsito es una de las más altas en todo el mundo: 26 muertes por cada 100.000 habitantes. En el caso de Paraguay, se estima que anualmente perecen 1.100 personas y que aproximadamente 40.000 resultan heridas. Esto conlleva asimismo cuantiosas pérdidas materiales.
“La situación descrita demuestra la importancia de estudiar el problema y la urgencia de estructurar y poner en marcha un plan para enfrentarlo prontamente”, destaca Wilfrido Giménez, Jefe de Educación y Seguridad Vial del TACPy, quien también resalta que, tomando en consideración la complejidad del contexto, las causas críticas definidas y consideradas para su enfrentamiento, son las siguientes:
o La débil valoración gubernamental y social del problema.
o La ausencia de políticas concretas y planes nacionales para la seguridad vial.
o La debilidad institucional y el trabajo no coordinado de las entidades responsables.
o La información dispersa, limitada y con subregistro de accidentes, vehículos y conductores.
o Las limitaciones de infraestructura.
o Las limitaciones de educación en seguridad vial de usuarios, conductores y autoridades.
o La obsolescencia y dispersión de normativas relativas a la seguridad vial.
o La antigüedad de los vehículos y el limitado control de su estado.
o La escasez de recursos financieros para la seguridad vial.
o La limitada utilización de tecnologías modernas y la escasa investigación aplicada a la seguridad vial.
o La poca participación de la sociedad civil y el escaso y deficiente seguimiento y control de la problemática.
En este sentido, el TACPy y la FIA comparten consideraciones generales a tener en cuenta para reducir las muertes de menores en accidentes de tránsito, haciendo especial hincapié en el correcto uso de los Sistemas de Retención Infantil –SRI- (son todos aquellos dispositivos que permiten que tanto niños como adultos de escasa estatura puedan viajar de forma segura dentro de un vehículo):
· Desde los recién nacidos hasta los de 10 o 12 años (éstos últimos hasta 1,50 mts de altura), los niños no tienen la suficiente protección que brindan los cinturones de seguridad tradicionales, ya que están diseñados para los adultos y no respetan las características físicas de los niños. Además, el cuerpo de los menores experimenta una transformación sustancial durante los primeros años de vida.
· Por eso, hay que elegir los asientos o sillitas para niños que se adapten al peso y altura del niño, difiriendo no sólo en su tamaño, sino también en la forma en la que se instalan en el automóvil (orientados hacia adelante o hacia atrás y con asiento elevador con y sin respaldo) y en la manera en la que sujetan al niño (arnés o cinturón de seguridad).
Hay tres grandes grupos a tener en cuenta:
o G1, que abarca a tres subgrupos - bebés hasta 10 kg (6 meses), bebés hasta 13 kg (12/15 meses) y niños hasta 18 kg (4 años aproximadamente) –;
o G2, chicos entre 4 y 6 años (25 kg); y
o G3, niños de hasta 12 años (36 kg).
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