La historia comenzó en 2003, cuando Daniel Cristaldo y su familia decidieron embarcarse en un nuevo desafío. “Ninguno de nosotros tenía experiencia en el rubro. Consultamos a nuestras hijas, que eran adolescentes, y decidimos lanzarnos juntos”, recordó. El 1 de octubre de 2005, abrió oficialmente sus puertas con solo cinco habitaciones y toda la fe puesta en el proyecto.
Por entonces, la Costanera ni siquiera existía como tal. “En la zona donde hoy está el hotel, terminaba el asfalto y comenzaba un camino de tierra, pero teníamos una visión clara y mucha confianza”, contó.
El nombre “De La Costa” surgió como una intuición: el agua del río aún estaba lejos, pero sabían que algún día llegaría hasta ellos. Hoy, la vista al Paraná es uno de sus principales atractivos.
Dos décadas después, el hotel cuenta con 100 habitaciones distribuidas en tres pisos, salones para eventos de hasta 120 personas, un patio con piscina, quincho, y un entorno que invita a la tranquilidad, pero no se detuvieron ahí. En el mismo predio surgieron nuevos espacios como “El Rincón de la Costa” y el encantador XoXo Café & Resto. Además, en 2018 inauguraron el Mandala Hotel, su segundo emprendimiento hotelero.
“Crecimos paso a paso, invirtiendo y mejorando continuamente. Incluso en los años difíciles, como durante la pandemia, no dejamos de soñar”, dijo Cristaldo y adelantó que el próximo 1 de octubre tienen previsto iniciar la construcción de un nuevo hotel también sobre la Costanera.
Las tarifas actuales oscilan entre G. 240.000 y G. 438.000 según el tipo de habitación, siempre con desayuno incluido y estacionamiento dentro del predio. Las Master Suites, con vista privilegiada al río y hasta jacuzzi en la habitación, son ideales para lunas de miel o escapadas especiales.
“Lo más valioso para nosotros es que cada huésped se sienta como en casa”, destacó Cristaldo. Esa calidez y atención personalizada son parte del sello del hotel.
Encarnación, una ciudad que floreció con ellos
“Cuando abrimos, éramos el primer hotel nuevo en años. Hoy Encarnación tiene más de 20 hoteles que se sumaron en esta última década”, relató. Para Cristaldo, el crecimiento de la ciudad fue un sueño hecho realidad. “Queríamos que Encarnación se convierta en un polo turístico, y lo logró. Es una ciudad con infraestructura, seguridad, y actividades para todas las estaciones del año”.
La ubicación estratégica del hotel permite disfrutar de la costanera a cualquier hora, con la tranquilidad de una ciudad que aún conserva su esencia amable y segura.
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