Para el especialista en desarrollo económico de SEI Consulting, Andrés Filártiga, es factible adelantar la fecha de pago del aguinaldo para incentivar el consumo, teniendo en cuenta que la gente cuando posee disponibilidad empieza a gastar en diversos tipos de consumo. Añadió que es probable que el dinero del aguinaldo sea destinado al pago de deudas, sin embargo, desde su punto de vista las personas no se guían precisamente por lo racional a la hora de pensar en la economía, “lo común sería que los gastos se destinen a consumo en restaurantes o actividades turísticas de fin de año”, aseguró.
Filártiga también agregó que la situación económica no variaría tanto para la microeconomía en enero por ser este un mes en el que nunca hay dinero, ya que la tendencia es gastar todo el aguinaldo para fin de año. Por su parte, el economista de Investigación para el Desarrollo (ID) Jorge Garicoche, indicó que lo más probable es que se pague en la primera semana de diciembre, lo que muchas empresas implementaron independientemente a la situación económica.
“Claro que adelantar el aguinaldo estimula al consumidor y puede generar un mayor flujo comercial en ese periodo. Por supuesto, el consumidor también debe ser cauto con el uso del aguinaldo, la vida no termina en diciembre”, apuntó Garicoche, quien además recomendó que en el caso de que el aguinaldo se adelante “es de suma importancia que los padres guarden algo de dinero para costear los gastos escolares del 2020”, aconsejó.
Aunque adelantar el aguinaldo puede ser una decisión menor, Garicoche reconoció que tendrá algún tipo de impacto porque la disponibilidad del aguinaldo genera expectativas y permite que los comerciantes reciban unas semanas antes un ingreso para que posteriormente dispongan de presupuesto para gastar durante las fiestas.
Otras medidas para incentivar el consumo
Sobre la flexibilización de mayores créditos para que las personas puedan aumentar el consumo en este contexto económico, Filártiga calificó a la propuesta como “complicada”, principalmente porque los bancos privados no bajan sus tasas de interés, a pesar de que el BCP lo haya hecho. “Los créditos de consumo están entre 27% y 30% porque a los bancos se les tocó el negocio de las tarjetas de crédito, en el que tenían una importante fuente de ingresos, con tasas entre 25% y 30%”, recordó Filártiga.
El otorgamiento de créditos por medio de tarjetas de crédito, según Filártiga, es un proceso menos caro, en gran medida porque el análisis de riesgo se hace solo una vez y posteriormente se aumentan las líneas. En contrapartida, con la Ley de Tarjetas de Crédito Nº 5476, los bancos no generan ingresos con ese servicio y las personas deben optar por préstamos de consumo, que es un producto más costoso para las entidades y por ende eso se carga a la tasa de interés.
Además, con la inestabilidad e incertidumbre económica, de acuerdo a Filártiga, los ahorristas depositaron dólares en los bancos y de esa forma el ahorro en caja o en CDA en guaraníes se encareció para las entidades financieras, situación que no les permite bajar la tasa de interés de préstamos. “Hay otras medidas para estimular la microeconomía, por ejemplo, el Banco Nacional de Fomento (BNF) comenzó a ofrecer créditos llamados Compra de Deuda para la Gente, con una línea límite de G. 150 millones por 60 meses y 13% de tasa de interés”, acotó Filártiga.
En opinión de Garicoche, usar crédito para consumo no es un camino tan efectivo para incrementar el consumo, aunque apoyó que algunas cooperativas estén dando créditos a 1% de interés mensual. “El crédito es bueno cuando genera producción, pero cuando los ingresos no están en aumento no queda de otra que ajustar precios”, advirtió Garicoche.
Por último, Garicoche mencionó otra medida que ya fue utilizada en julio y agosto, cuando los comercios apostaron fuertemente a la baja de precios, y con la liquidación de varios artículos sí se atrajo el interés de los consumidores.
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