El régimen de maquila es uno de los pilares actuales de la industria paraguaya y sirve como referencia para dimensionar el potencial de esta nueva iniciativa. Al cierre de 2024, la maquila representó el 66% de las exportaciones de manufacturas de origen industrial, generando más de 34.000 empleos hasta junio de 2025. Este esquema permitió atraer inversiones extranjeras, consolidar cadenas de valor regionales y posicionar al país como un destino competitivo dentro del Mercosur.
Con el nuevo proyecto de ley, el Gobierno busca replicar este efecto multiplicador, ahora enfocado en el ensamblaje de equipos eléctricos, electrónicos, electromecánicos y digitales, impulsando la incorporación de valor agregado nacional y empleo calificado.
Óscar Barreto, especialista sectorial de Autopartes y Ensamblaje de la Red de Inversiones y Exportaciones (Rediex), explicó que la situación actual del sector de ensamblaje se encuentra en una etapa de desarrollo, con presencia inicial de industrias especializadas. “Tomemos como referencia la experiencia en ensamblaje de bicicletas, motocicletas y vehículos de carga, amparados bajo la Ley 4838/12, que se estima genera más de 5.000 empleos en forma directa, integran en su cadena de valor a fabricantes nacionales que suministran partes, piezas y componentes, permitiendo la incorporación de valor agregado nacional, y transferencia de tecnología”, comentó.
Además, atendiendo la experiencia consolidada del Régimen de Maquila, el proyecto de ley que establece la Política Nacional para la Producción de Ensamblaje busca ampliar las bases hacia los citados rubros (equipos eléctricos, electrónicos, electromecánicos y digitales), promoviendo la incorporación de valor agregado nacional, transferencia de tecnología y generación de empleo calificado.
“Este proyecto de Ley pretende diversificar la matriz productiva, impulsando el desarrollo de nuevos productos que actualmente solo se importan”, remarcó Barreto.
Incentivos Fiscales
El proyecto prevé incentivos fiscales concretos para hacer atractivo el ensamblaje local de dispositivos como computadoras, celulares, tablets y electrodomésticos (heladeras, microondas, hornos eléctricos o aires acondicionados), con la meta de que en el corto plazo estos productos lleven el sello “Hecho en Paraguay”.
Entre los principales beneficios se encuentra la exoneración de aranceles aduaneros para la importación de bienes de capital, kits, partes y piezas destinadas al ensamblaje de equipos eléctricos, electrónicos, electromecánicos y digitales.
Asimismo, se establece una tasa preferencial de IVA del 1,5% para la compra local de materiales. Además, la normativa exige que los productos cuenten con un mínimo del 20% de valor agregado nacional, incentivando la utilización de mano de obra e insumos locales. Otro beneficio es la reducción de la base imponible del IVA al 45% para la comercialización de los bienes producidos y ensamblados en Paraguay.
Con ello, el proyecto no solo promueve la atracción de inversiones, sino también la transferencia de tecnología y la generación de empleo calificado.
“La exigencia de incorporar un mínimo de 20% valor agregado nacional podría beneficiar a numerosas pymes con capacidad técnica y financiera, promoviendo su integración en cadenas de valor más complejas y generando empleo directo e indirecto”, remarcó Barreto.
A estas ventajas fiscales se suman condiciones estructurales favorables: bajos costos energéticos bajos, bono demográfico, estabilidad macroeconómica, y ubicación estratégica en el corazón del Mercosur. “Si todo esto se complementa con programas de capacitación técnica, adopción de estándares internacionales y competitividad en los bienes fabricados o ensamblados, Paraguay tiene el potencial de consolidarse como un hub tecnológico regional”, añadió el representante.
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