-¿Cómo viven este cuarto año de aniversario del shopping?
-Vemos este aniversario de forma muy especial porque fundamos el Fuente Shopping cuando se estaba construyendo el Metrobus, que era un proyecto que daba esperanzas a los que tenemos negocios sobre la avenida Eusebio Ayala. Cuando el proyecto fracasó, fuimos perjudicados, pero llegamos al cuarto año con un 100% de ocupación y me parece que nos ayuda mucho el hecho de tener un supermercado.
Actualmente estamos a tope, con nuevos inquilinos, algunos se fueron durante la pandemia y otros llegaron a pesar de las dificultades, pero Fuente Shopping está a un 30% de su potencial total y cada mes crece en ventas. Asimismo, los inquilinos también reportan crecimiento mensual y creemos que a medida que vayamos saliendo de la crisis sanitaria nos consolidaremos como shopping.
-¿Cómo está el Grupo Salemma?
-Ocurre que nosotros tenemos la suerte de que los rubros en los que operamos son mayoritariamente de consumo masivo y atendemos a los supermercados y minimercados en todo el país. Esa parte no fue afectada, ni tampoco nuestras unidades de supermercados, que cayeron de forma leve.
-¿Y las demás unidades?
-Antes de la pandemia teníamos unidades de negocios que se dedicaban a la confección de ropas y lastimosamente las tuvimos que cerrar. Aparte de eso, el Grupo Salemma opera en el sector gastronómico, venta de comidas por kilo, heladerías, cafeterías, zapaterías y en el ámbito importador.
-¿Qué novedades tendrá el grupo próximamente?
-Próximamente inauguraremos un shopping en Ciudad del Este. Estimamos que a fines del año que viene tendremos el lanzamiento, pero eso depende muy poco de nuestra voluntad, ya que la crisis sanitaria se volvió dueña de nuestros tiempos.
-¿Cómo valora la posibilidad de comprar artículos argentinos con moneda nacional?
-El sistema de pagos con moneda nacional con Argentina representa una oportunidad para el sector importador, pero no solamente para este segmento, también para todo el sector formal. La gran desventaja del importador formal es que estaba pagando con dólares y esta moneda se liquidaba con el tipo de cambio oficial en Argentina. De esta forma, las compras en Clorinda adquirían una ventaja tremenda en comparación a los precios que nosotros comprábamos.
-¿Hay buenas experiencias con este tipo de sistemas? ¿Cómo nos va con el acuerdo con Brasil?
-Para mí representa un factor de valor este instrumento de pagos, sin embargo, muy poca gente lo está usando. En el caso del acuerdo con Argentina no sé cómo se dará la operación, desconozco el reglamento actual. Con Brasil depende de que el banco tenga la voluntad de convertir la moneda y el proveedor (para los importadores paraguayos) acepten cobrar directamente en reales.
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