Según García, usualmente cuando se habla de emprendedurismo se relaciona esta palabra con empresas de buen desempeño, que asemejan sus mecanismos al utilizado por grupos empresariales de renombre. No obstante, aclaró que esta es solo una parte del sector cuentapropista en Paraguay.
Mediante la investigación se definió que existen tres categorías de cuentapropismo, que son: grupo de bajo desempeño o subsistencia (pobreza o vulnerables a la pobreza); grupo de gacelas potenciales (sin pobreza - cubren todas sus necesidades básicas); grupo de alto desempeño (sin pobreza - cubren todas sus necesidades básicas).
En el primer grupo, los ingresos de los cuentapropistas o emprendedores de zonas urbanas van desde US$ 45 a US$ 309 mensuales, en el segundo grupo de US$ 309 a US$ 876 mensuales y en el tercer grupo -de alto desempeño-, de US$ 876 mensuales para arriba, subrayó la socióloga.
En la zona rural los ingresos por grupos van de US$ 41 a US$ 207, de US$ 207 a US$ 605, y en el grupo más exitoso, de US$ 605 para arriba.
En términos porcentuales, el 63,7% de los emprendedores (71,3% en zonas rurales) están dentro de una línea empresarial de subsistencia, es decir tiene recursos limitados, en su mayoría generan ingresos inferiores al salario mínimo legal.
"Antes de la pandemia, los emprendedores ya citaban que un freno podría relacionarse a un problema de salud, un robo o algún episodio de fallas en el sistema eléctrico que desencadene la pérdida de todos sus insumos o maquinarias. Pero con el tema de la pandemia se puso al descubierto la vulnerabilidad de estos emprendedores y la necesidad de implementar políticas públicas efectivas, para sostener los emprendimientos", indicó.
Siguiendo con las estadísticas, el 30,8% de los cuentapropistas se encuentran en la unidad sostenible en zonas urbanas y 23,6% en zonas rurales. “Y solo un 5% de estos emprendimientos se caracterizan por ser empresas fuertes (en ambas zonas), que manejan una estructura sólida y administrar más capital”, definió García.
Por otra parte, el 71,5% de los emprendedores hombres trabajan a tiempo completo y el 28,5% emprenden a tiempo parcial. Mientras que el 53,4% de las mujeres trabajan a tiempo completo y 47,6% lo hace con jornadas reducidas.
¿Son formales o informales?
Según la investigación solo un 10% de los empresarios de subsistencia forman parte del sistema formal, 30% de las gacelas potenciales se constituyen legalmente y un 60% de las empresas de la categoría de alto desempeño cumplen con las diversas obligaciones tributarias y formales.
En este punto se analizó elementos como el registro impositivo (RUC), entrega de facturas legales a clientes, esquema de jubilación o seguro médico.
"Tiene que existir una política estatal integrada para eliminar los procesos burocráticos y en contrapartida, se genere toda la cantidad de información necesaria. Además, el sistema educativo formal está ausente en los casos, porque, aunque te digan que recibieron formación en negocios o emprendedurismo, existe una notable falta de capacitación", subrayó.
A partir de la pandemia, muchos emprendedores informales se interiorizaron de los procesos necesarios para formalizarse, “más que nada por el interés generado por los préstamos del Fogapy o por los beneficios de asociarse a gremios como Asepy”, confirmó.
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