“El régimen de turismo registra un comportamiento positivo. En el acumulado hasta septiembre de 2025, las importaciones bajo este régimen alcanzaron US$ 2.905 millones, reflejando la recuperación sostenida del movimiento fronterizo”, detalló Airaldi.
“Ciudad del Este no volvió todavía a los niveles previos a la pandemia, pero sí a cifras sumamente aceptables”, aseguró Airaldi. La actividad comercial beneficia a las grandes tiendas, y por ende a la mano de obra indirecta, desde carretilleros hasta proveedores de servicios, además de las casi 4.000 personas con empleo formal directo en el sector.
El flujo de compradores también muestra señales positivas, la cercanía de las fiestas de fin de año incrementa la demanda y el tipo de cambio favoreció al sector. “El dólar bajo permitió importar mercaderías a mejores precios. Eso facilitó la oferta y potenció las ventas”, comentó. Sin embargo, aclaró que la baja del real puede moderar el poder adquisitivo del consumidor brasileño, impactando principalmente al público revendedor.
La frontera también vive un periodo de inversiones sin precedentes. Dos nuevos shoppings —Shopping China (14.000 m2) y Cellshop (18.000 m2)— avanzan en su construcción, con una inversión conjunta cercana a los US$ 50 millones.
Además, se prevé la construcción del edificio más alto de Ciudad del Este, aportando a la modernización del skyline local y a la atracción de nuevos negocios.
Ciudad del Este y sus ciudades vecinas están captando la mayor parte de las industrias que operan bajo el régimen de maquila. Según Airaldi, Alto Paraná concentra hoy el 60% de las maquiladoras del país. Municipios como Presidente Franco, Hernandarias y Minga Guazú atraen nuevas plantas por los menores costos operativos.
“Una de las inversiones más importantes es la llegada de Lupo, marca brasileña líder en el sector textil, que evalúa instalar una planta en Minga Guazú y generar 700 empleos” A esto se suma el interés de una industria hindú del rubro autopartes, que tendría capacidad de crear hasta 3.000 puestos de trabajo especializados, un hito para la región.
Airaldi enfatizó que el atractivo económico de la zona ya no se limita al comercio de frontera. “Alto Paraná se está convirtiendo en un hub de oportunidades. Tenemos pilares sólidos que sostienen la economía regional”, destacó.
“El ecosistema universitario, con 23.800 estudiantes, dinamiza bastante el sector de alquileres, gastronomía y servicios. La expansión industrial, con nuevas fábricas instalándose de manera constante. El boom inmobiliario, con 40 edificios en construcción actualmente”, agregó.
Según el empresario, esta diversificación marca un antes y un después. “Ciudad del Este dejó de depender exclusivamente del turismo de compras y logró ampliar su matriz económica”, resaltó.
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