¿Cómo ve el clima de negocios actual? ¿Hay más oportunidades que antes?
En cuanto a oportunidades la diferencia es abismal con respecto a lo que teníamos antes. Veo con mucho optimismo y con mucha fe el crecimiento de las oportunidades en nuestro país, que empieza en el agro. Somos un país donde el sector agroindustrial es sumamente fuerte y organizado de una manera tan eficiente que, junto con el Gobierno, abrieron mercados internacionales muy importantes, para la soja, para la carne. Creo que cada vez se están generando mayores oportunidades.
¿Dónde más se refleja este escenario favorable?
En lo de Paracel, por ejemplo, una industria tan grande, gigantesca, que va a haber un antes y un después en nuestra economía, y sobre todo en la mirada de empresas multinacionales de gran escala hacia nuestro país. Siempre cuesta dar el primer paso, pero cuando hay una empresa que confía, yo creo que las siguientes van a ir llegando.
¿Qué factores positivos destaca de nuestra economía?
Nuestra inflación es estable, nuestra moneda es sólida y con el aumento del tipo de cambio ahora todo es previsible. La situación de Argentina también es algo favorable para nosotros porque cada vez hay menos brecha entre el dólar blue y el oficial. Eso hace que el contrabando disminuya considerablemente.
Y con la fusión de Aduanas y Tributación en la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT), está aumentando la recaudación de manera importante.
¿Cómo califica el acuerdo sobre Itaipú?
También veo positivo todo esto de Itaipú. Vamos a tener un ingreso adicional que va a ayudar a que podamos invertir en infraestructura, en transportes eléctricos, como prometió el presidente Santiago Peña. Son acciones puntuales muy importantes para nuestro desarrollo.
Se están generando condiciones positivas en nuestra energía eléctrica. Espero que podamos sacarle el jugo e invertir en infraestructura, que es lo que necesitamos para aprovechar al máximo nuestra energía.
Y que el gobierno también impulse las nuevas fuentes de energía renovable. Pero se tiene que dar una mayor fuerza a eso para que el día en el que lleguemos a consumir toda nuestra energía podamos tener otra alternativa.
Entonces, si tuviera que calificar de 1 a 10 el clima de negocios en Paraguay, ¿qué puntaje le pondría?
Le pondría un 7. Tenemos todavía para crecer.
¿Por qué no vienen las inversiones como se espera?
Siempre hay inversiones, pero lo que pasa es que las expectativas son grandes. Están viniendo, pero no en el volumen que necesitamos para desarrollarnos. Paraguay no se conoce en el mundo. Recién ahora se está comenzando a conocer con lo que hace el Gobierno, tanto el presidente Peña como el ministro de Industria y Comercio, Javier Giménez, yendo a Asia a abrir mercados.
¿Qué más hace falta?
Hay que hacer un marketing internacional de fuerza para que se conozcan las oportunidades que hay en nuestro país. Claro que después hay que concretar. Una vez que recibamos a los inversionistas, a las empresas, ellos tienen que encontrar instituciones eficientes para que sean más rápidos los procesos de apertura de empresas. Muchas veces nos retrasamos y los inversores pueden perder un poco el interés. Debemos mostrarnos siempre como un país serio, sólido, fuerte, en donde a los inversionistas se les asegure que sus negocios van a ser cuidados y respetados.
Hay que difundir más la herramienta de la APP que es para que las empresas paraguayas puedan hacer a largo plazo inversiones grandes y que el Gobierno les dé concesiones a largo plazo. Y tenemos muchas otras cuestiones, necesitamos trabajar en la seguridad, en la educación, en la salud. Necesitamos también educación financiera. Tenemos mucha informalidad y la gente no se da cuenta de las implicancias que tiene el no ser formal en la economía.
El panorama es de optimismo, entonces…
Veo que hay oportunidades y debemos recordar que si llegamos al grado de inversión en el mediano plazo, eso puede darnos una posibilidad mayor para que los fondos internacionales y las empresas del mundo se fijen en nuestro país como una alternativa de inversión. Pero nosotros somos un mercado pequeño. Entonces deberíamos pensar en que el Paraguay produzca para el mundo, para exportar.
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