¿Cómo empezó su carrera empresarial?
Como casi todos, no por decisión propia, sino por las circunstancias. Son pocas las personas que deciden emprender de la nada. Yo trabajé de mozo, de relojero, de mecánico, de chapista, de vendedor de libros. En 1980 fundamos la empresa con mi esposa.
¿Qué obstáculos encontró para desarrollarse como empresario?
En realidad, nunca me recibí de empresario, siempre fui y seré un emprendedor. Lo que hice de acertado fue que mi señora me acompañó en la responsabilidad administrativa, y que cuando vimos que no podíamos manejar solos el emprendimiento, buscamos ayuda en gente más capaz que nosotros. Y ahí sí se fue formando la empresa. Lo mío sigue siendo un mensaje de un emprendedor, que supo delegar el manejo de la compañía en personas más capacitadas.
¿Cuál considera que es su mayor éxito como empresario?
Creo que nuestro éxito estuvo en lo que acabo de decir: saber delegar.
¿Qué consejo le hubiera gustado recibir cuando estaba iniciando su carrera empresarial y se lo daría a otro empresario ahora?
Escuché muchos consejos, pero todo lo hacía de manera intuitiva. Con mi señora fuimos filtrando, aceptando algunos y desechando otros. Algunos me impactaron y como somos un ejemplo de empresa exitosa es de suponer que los que aplicamos fueron buenos.
Un consejo que me impactó fue el que me dio un amigo bioquímico de Lasca en los ochentas cuando estaba empezando. Me dijo que no vendiera un antibiótico que se comercializaba en nuestro país por sus efectos negativos en el ser humano.
Eso reafirmó mi manera de ser, de no vender cosas perjudiciales para la salud. Nunca vendí alcohol ni cigarrillos. Tampoco me gustan los juegos de azar.
¿Es el Estado un aliado o un problema para el empresario? ¿Qué le reclamaría?
Le reclamaría que cambie esa matriz de Estado comercial y recaudador que es hoy y piense más en ser uno que apoye realmente a la industria
¿Qué bondades y defectos tiene el empresario paraguayo?
Sin hacer juicio de valor, como en todo el espectro humano -en todos los ámbitos- hay gente buena regular y mala. En países sub y sub subdesarrollados hay empresarios que solamente miran sus intereses cortoplacistas. Esto, muchas veces está justificado y no dejan de tener razón, pues el Estado dilapida en gastos inútiles o populistas el dinero de los impuestos.
El empresario actual ¿debe tener alguna formación profesional relacionada con el mundo de los negocios?
Claro que sí, es lo ideal, pero tan o más importante es que el principal de la empresa tenga un espíritu emprendedor. Hay miles de ejemplos al respecto.
¿Un libro que todo CEO o gerente general debería leer al menos una vez en su vida?
Como no me considero un empresario, porque justamente me faltó la formación académica, no leí mucho ni profundamente al respecto, casi todo fue intuitivo. Lo que sí suelo recomendar es un pequeño libro: El hombre en busca del sentido, de Víctor Frankl, que trata del tema de la resiliencia, muy importante para cualquier ser humano. Más bien consideraría a mi señora como empresaria, pues ella llevó casi toda la responsabilidad de ir armando la empresa.
¿Cuál es su recomendación para mantener a su equipo motivado?
Son tres cosas principales: la integridad, el espíritu positivo y una regla de oro, no le hagas al otro lo que a ti no te gustaría que te hicieran.
¿Cómo lidia con el estrés que produce la actividad empresarial?
Como siempre nos gustó lo que hicimos, casi siempre el estrés fue positivo. Además, ambos (mi esposa y yo) tenemos cierto grado de resiliencia por lo que los 40 años trabajando juntos nos da un balance altamente positivo. Y con el premio final de nuestros tres hijos manejando la empresa con mucha solvencia.
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