¿Cómo evaluás tu experiencia de liderar un área de una organización como la Fundación Paraguay?
Mi experiencia dentro de la fundación es fantástica porque la organización tiene un enfoque muy orgánico a la idea de que los líderes no tienen género, se les da oportunidad a la gente de forma meritocrática. Esto me sorprendió mucho porque en Paraguay no estamos acostumbradas a estar en empresas que te den esa sensación de equidad que necesitamos.
Cuando me tocó la oportunidad de liderar el área de Educación Emprendedora, me entusiasmé porque justamente la educación sirve para quebrar los tabúes que tenemos instalados en el país.
¿Tu formación viene del deporte principalmente? ¿Cómo es ese rubro para las mujeres?
Sí, estudié en Estados Unidos y me dediqué al fútbol, que es un espacio también en el que acá en Paraguay comúnmente no incluyen tanto a las mujeres. Cuando estuve en EE.UU. fue como que me agarró un shock cultural porque allá no tiene mucho que ver el género a la hora de desempeñarse en algún rubro, es más meritocrático, solo importa lo bueno o buena que sos en lo que hacés.
¿Qué cualidades caracterizan más a la mujer empresaria o emprendedora?
En Paraguay a mí me tocó ver cómo las mujeres, cuando se trata de su familia y su trabajo, se toman muy en serio la edificación y no soltar bajo ninguna condición el empuje que tiene. La paraguaya es resiliente, tiene mucha fortaleza porque pasa por muchas inequidades y aun así eso no la detiene para ir hacia adelante.
¿Por qué creés que las mujeres paraguayas tienen esas cualidades?
Es algo que nos dejó la historia, las mujeres en general tienen la capacidad de ser multifacéticas, capaz tenga que ver con ser madre y tener que pasar por varias situaciones que la obligan a ser responsables al 100%. Tenemos la habilidad de estar en todas partes.
Me parece que a nivel empresarial lo que caracteriza también a las mujeres es la manera en la que toman las decisiones, tenemos más en cuenta las emociones, esa es nuestra base y existen muchas mujeres con más capacidades de separar lo emocional cuando tiene que ser así, a la hora de tomar decisiones.
¿Qué se puede hacer a nivel público y privado para que las mujeres vayan ocupando más espacios de preponderancia?
Lo primero que tenemos que hacer es dejar de separar el mundo por géneros, hay que dar oportunidades igualitarias mucho más allá del género, creencias religiosas, el color de piel y las nacionalidades. Creo que las oportunidades se deben generar para todos y todas, no pensar solamente que se puede hacer para las mujeres.
La deuda a nivel país es la generación de mejores oportunidades, posterior a eso se trata de ver cómo cada uno aprovecha las condiciones para salir adelante.
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