Según Prado, a partir de este año las economías más tradicionales del mundo como EE.UU., Japón, Alemania, Canadá, Francia, Italia y Reino Unido serán superadas por el E7 (China, Brasil, México, Rusia, Indonesia, Turquía e India), es decir, las siete más grandes economías emergentes del mundo. “Una gran cantidad de capital está saliendo de China porque se convirtió en un país de costos más altos. Esto puede ser muy importante para Brasil y Paraguay, ya países como India, Pakistán, Birmania están recibiendo estos capitales, por lo que debemos generar las condiciones para atraer inversiones”, expresó.
El enviado especial de la cartera brasileña indicó que su país posee un gigantesco stock de ahorro y liquidez financiera internacional, mientras que Paraguay necesita oportunidades viables de inversión y tiene una economía agrícola y recursos naturales como el agua. “Naturalmente los buenos proyectos de infraestructura son respuestas inmediatas para absorber el tipo de liquidez que tiene Brasil, eso colaboraría a la atracción de inversiones logísticas, energéticas y de transporte en países vecinos como Paraguay”, enmarcó.
Asimismo, manifestó que el Mercosur debe pensar en conjunto para impulsar proyectos logísticos transnacionales que le den mayor ventaja al bloque frente a los mercados internacionales y reconocer sus puntos fuertes actuales. A la vez, sostuvo que el acuerdo automotor entre Paraguay y Brasil es una prueba de que se está caminando correctamente.
Los desafíos
“Brasil no tiene ahora mismo tanto dinero para financiar infraestructura, existe una ausencia de ahorro, son las empresas de capital chino las que están haciendo la mayor parte de las obras”, comentó el especialista en relaciones económicas internacionales, Gustavo Rojas. Para el analista la relación con China es fundamental si es que Paraguay desea integrar cadenas productivas con Brasil, incluso de esa manera los beneficios para Paraguay serían mayores.
Rojas apuntó que a medida que Asia vaya ganando más importancia en el comercio de Brasil, se expandirá la frontera agrícola con Paraguay, específicamente en el Chaco, donde empezarán a instalarse más empresas brasileñas. “Paraguay tiene que buscar ejercer mayor control de su territorio para ese entonces y probablemente la vinculación bilateral con China podría ser una alternativa”, opinó.
Revisión de la política automotriz nacional
En cuanto el acuerdo automotor, Rojas resaltó la garantía jurídica que ahora existe para ir ampliando la producción de autopartes en Paraguay e intentar diversificar el rubro más allá de la fabricación de cableado. No obstante, el especialista recomendó revisar la política automotriz nacional, llámese incentivos fiscales, procesos productivos locales y otros puntos, para lograr construir una nueva política productiva sectorial del rubro automotor y cumplir con las exigencias del acuerdo.
A su vez, consideró que la tarea que tendrá Paraguay con el nuevo marco automotor será conseguir mayor contenido regional para la producción o en el mejor de los casos generar contenido nacional para que las exportaciones puedan seguir ingresando a Brasil.
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