Es licenciada en Comercio Internacional y máster en Administración de Negocios, Carina Daher, además lleva adelante dos empresas: Sancay SRL y Working Paraguay SRL. También es madre de Caia (15) Carim (13) y Franco (1).
¿Cómo complementás el rol de madre con el de empresaria?
En mi casa nos manejamos con una agenda conjunta familiar, en la cual cada uno de los miembros marca cuál es su actividad en la semana o en el mes, especialmente si requiere de la participación o intervención de mamá, un clásico como el llevarlos y buscarlos de distintas actividades.
¿Cómo sobrellevás la división de tareas?
La división de tiempo con las múltiples tareas que asumí son un laberinto en mi agenda, que solo con organización de prioridades o eventos a vencer las puedo sobrellevar.
¿Qué aspectos considerás vitales para llevar adelante varios roles?
Para todo en la vida es necesario el equilibrio. Yo soy muy familiera, mis fines de semana son sagrados y casi todo este tiempo les dedico a mis hijos. Y durante la semana trato de darle su espacio a cada uno de ellos, dando también la importancia que se merecen hasta alcanzar el sábado.
¿Cómo influyen tus hijos en tus aspiraciones?
Pensando en ellos todos los días trato de ser mejor persona, madre, hija, amiga, hermana y esposa. Ser un ejemplo a seguir para ellos en todos los sentidos. Sin duda es mi mayor motivación para luchar por superarme en todos esos aspectos.
¿Creés que brindan las oportunidades necesarias a las madres trabajadoras?
Muchas más oportunidades que cuando yo iniciaba mi camino industrial. Las mujeres hemos ganado espacios y el respeto de los hombres, y de otras mujeres, al demostrar capacidad. Lo que abrió automáticamente, en varias situaciones, la puerta para que la edad fértil de una mujer no sea un impedimento a la hora de su contratación.
¿Algún consejo para otras mujeres sobre este punto?
Ser madre y trabajar fuera de casa demanda organización y pasión por ambas cosas. Mis hijos fueron mi elección, así como la carrera y los proyectos que persigo, así que al que lo quiera celeste, que le cueste.
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