“Para hablar de la situación económica del país con respecto a la región, que refiere el Banco Mundial en su último informe, es importante mencionar que hoy tenemos un nuevo escenario a consecuencia de la crisis sanitaria”, dijo Rojas.
Según el informe del BM la variación del PIB paraguayo con respecto a 2019 fue del -0,6%, aunque se espera que en 2021 el crecimiento alcance el 3,5%. “Es cierto que Paraguay al comienzo del 2020 aspiraba a un crecimiento del 4,1%, pero con la pandemia las proyecciones económicas fueron desalentadoras; sin embargo, el 2020 cerró mejor de lo que se esperaba”, destacó el economista.
Rojas afirmó que si bien Paraguay tuvo mejores resultados con respecto a los países de la región, no hay que olvidar que un alto porcentaje del sector informal de la economía se vio afectado, y no pudieron acceder a las medidas económicas paliativas establecidas por el Gobierno para hacerle frente a la pandemia.
Gracias a emprendedores
“También es bueno mencionar la empleabilidad, ya que muchas personas que dejaron el empleo formal, se animaron a emprender, y este año hay emprendedores en aumento, que debemos apoyar para la reactivación del empleo y el trabajo”, añadió el experto.
Actualmente, entre los sectores económicos, el que se destaca es el sector primario, específicamente la agricultura y ganadería en cuanto a la producción, y sobre todo se observa en los mejores precios de las materias primas.
“Además, el sector construcción está siendo influenciado positivamente por el dinamismo observado en las obras en ejecución, tanto en el sector público como privado, y como sabemos este sector es un motor impulsor de la economía nacional”, señaló Rojas.
Lo preocupante e incierto, opina el especialista, es la situación sanitaria “que aún puede golpear mucho a este sector como al resto de la economía en los próximos meses, lo que nos invita a focalizar la atención en la optimización de los recursos y esfuerzos para sobrellevar esta coyuntura”.
Riesgos para la región
El BM dice en su informe que para la región los riesgos en relación con las perspectivas son principalmente a la baja, lo que incluye un ritmo de vacunación contra la COVID-19 más lento que el esperado, surgimientos de nuevos casos, reacciones adversas del mercado a condiciones financieras complicadas y alteraciones relacionadas con malestares sociales y desastres naturales.
Cuánto durará la recuperación depende, en gran medida, de que se contenga la pandemia. Las inquietudes acerca de la sostenibilidad fiscal se han acrecentado porque la deuda pública bruta en la economía media trepó al 64% el último año, y la deuda externa también aumentó.
Aunque podría ocurrir que se superen las expectativas si se produjeran, mediante los canales comerciales y de confianza, efectos secundarios positivos mayores que los previstos debido a la fuerte recuperación del crecimiento en los Estados Unidos.
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