Uno de los posibles ajustes que quiere realizar el empresario, y que encontró resistencia, guarda relación con las cuentas verificadas. El famoso símbolo azul que aparece al lado del avatar de una cuenta podría costar US$ 20 mensuales, aunque después de las críticas que recibió, la contraoferta de Musk bajó a US$ 8 porque "no se puede vivir de los anunciantes", según el sudafricano.
Si bien hoy existe la función Twitter Blue, que permite que por US$ 9 mensuales un usuario tenga la verificación, con la propuesta de Musk aquellos que consiguieron la verificación por tener muchos seguidores también están obligados a pagar.
Para el codirector ejecutivo de Tedic, Eduardo Carrillo, con los ajustes anticipados por Musk nuevamente se observa cómo el discurso de la "plaza pública" cae porque en realidad las redes son corporaciones privadas. "Ellos definen sus normas comunitarias, definen sus reglas del juego en las estructuras digitales (redes sociales) y buscan el mayor lucro posible por sobre todo lo demás", argumentó.
A su criterio, cambiar modelos de negocios, como por ejemplo que empiecen a cobrar ciertos peajes como la verificación de cuenta, refuerzan la idea del lucro que tiene la plataforma.
Según Carrillo, probablemente se realizarán muchas de las iniciativas que adelanta Musk, aunque eso llevará su tiempo y ahí se definirá cuál será la verdadera política de contenido de la plataforma. Por ejemplo, Musk se declaró férreo defensor de la libertad de expresión. Siguiendo esta línea, esto podría traer de vuelta cuentas bloqueadas por la plataforma.
"El derecho absoluto de la libertad de expresión también es una falacia porque no se puede dañar a otros con ese argumento", puntualizó. Para Carrillo, esto debe reflejarse en las redes sociales: “las plataformas como Twitter no deben aceptar los discursos de odio”.
Por otro lado, recordó que Musk tuvo posiciones absolutistas sobre la libertad de expresión, lo que asustó a la comunidad LGBTIQ+, por nombrar a una; sin embargo, las políticas de contenido de las plataformas suelen elaborarse con las organizaciones de la sociedad civil. "Eso debe seguir porque todavía se están silenciando voces de diferentes sectores de la sociedad. Las redes deben ser menos occidentales en sus criterios porque, o si no, invisibilizan a otras poblaciones", remarcó.
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