Esta vez le tocó al mbeju, pero antes ya se había publicitado como creación argentina a la chipa guasu, rebautizada como choclotorta por un chef argentino, y no faltó quien afirmara que el tereré también es propiedad de nuestros vecinos. Y el mate, cuyo consumo ya se había extendido en la región durante la colonia, es hoy también un símbolo cultural de Argentina, a pesar de su origen paraguayo, o guaraní.
La cuestión es que al tener fronteras en común, las manifestaciones culturales, como la gastronomía, no reconocen las líneas creadas por los hombres y se mueven libremente de un país a otro. A ello se debe sumar que en las provincias fronterizas viven muchos paraguayos y sus descendientes, los que mantienen nuestras costumbres.
Es así que en la región denominada Litoral argentino se come y se bebe alimentos de origen paraguayo pero que hoy son tan tradicionales en esa zona como en nuestro país y hasta tienen sus propias versiones, como es inevitable que suceda, porque así ha sido a lo largo de la historia de la humanidad.
¿Puede ser ventajosa esta situación para la producción nacional? “Estas son las oportunidades que hay que aprovechar, nos sirvieron en bandeja”, afirmó Ángel Garcete, director ejecutivo de Granopar, firma que elabora y comercializa premezcla de sopa paraguaya, chipa guasu, chipa y mbeju.
“Tenemos que aprovechar eso”, coincidió Gabriela Romero, gerente de Jakaru, empresa que también produce mezcla de alimentos tradicionales. “No estamos exportando pero tampoco estamos cerrados a esa posibilidad. Otros productos como la chipa guasu, la sopa paraguaya, también pueden tener un impacto mayor en Argentina, Brasil y Uruguay, donde hay paraguayos viviendo”, agregó.
Garcete informó que su marca está registrada en Argentina, pero aclaró que se trata de un mercado inestable, lo que frenó la intención de los comerciantes interesados en importar sus productos.
Recordó que en las zonas fronterizas, e incluso en Córdoba, hay un mercado disponible. “Buenos Aires todavía no, pero está latente porque tenemos buenos productos, y la marca registrada; falta cerrar los números con un importador, con una distribuidora”, dijo.
Romero explicó que para poder instalar el interés en un mercado como el de Buenos Aires, los alimentos deberían ser difundidos por gente que consume e iniciar así un efecto cascada, pero que también el MIC podría impulsar.
Por su parte, Gustavo Rodríguez, especialista de la plataforma de alimentos y bebidas de Rediex, aseguró que existe un proyecto para promocionar productos e ingredientes de empresas interesadas en llegar a mercados internacionales y llevar no solo a Argentina sino también a Brasil y España premezclas de chipa y mbeju.
“La cultura argentina no es muy diferente a la nuestra, tenemos mucho en común y estos productos que acá son masivos podrían tener una recepción interesante; necesitamos una ayuda para un empuje inicial”, destacó Romero.
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