“Es posible que en las zonas afectadas se tenga una disminución de más o menos entre 30 a 35% de lo esperado, que representaría 10 a 15% de la producción a nivel nacional”, dijo Pastore.
El vicepresidente indicó que es normal que en los países que se dedican a la agricultura ocurra esto y que prácticamente hubo dos factores que influyeron para que se dé la disminución: “pasamos por una época con más lluvias y para la agricultura la lluvia tiene que tener cierta regularidad que no se dio; por otra parte, hubo áreas en las que se sembró más temprano, entonces tuvieron una cosecha menor a la esperada”, explicó Pastore.
El entrevistado agregó que fuera de este percance, las demás áreas se mantuvieron en condiciones razonables.
En lo que respecta a las políticas de Estado, consultamos si es que este tipo de inconvenientes influiría en la postura de los productores en las virtuales modificaciones que impulsa el Gobierno, a lo cual nos respondió que constantemente mantienen conversaciones con las autoridades y participan de mesas de diálogo en las que ya plantearon sus opiniones.
“Ya tuvimos experiencia en años pasados y en realidad el punto que consideramos clave tiene que ver con el inicio. Las cosechas fallidas muchas veces perjudican a los productores por no alcanzar lo que desde el inicio esperaban, lo cual posiblemente los lleve a la necesidad de refinanciar sus deudas”, reveló la autoridad gremial.
Según Pastore, ese es un punto con importancia y tanto el sector bancario público y privado, como las entidades que financian insumos, ya demostraron que en la mayoría de los casos fueron muy criteriosos en atender dicha situación.
En cuanto a la industrialización de la soja nacional, de menor proporción en relación a países como Argentina que procesa más soja paraguaya que Paraguay, Pastore comentó que desde la Cámara observaron que sus asociados instalaron industrias para procesar distintos tipos de oleaginosas y jamás fueron a reclamar ningún tipo de subsidio o política al Gobierno.
“Nosotros somos partidarios de que exista un libre mercado y que las reglas siempre sean iguales para todos. Deseamos que los que participamos en un mismo sector económico, agrícola, de exportación y comercialización, tengamos las mismas reglas del juego, ya que en la medida en que uno sea eficiente, va a ser competitivo para trabajar en el mercado
El mes pasado, la Cámara Paraguaya de Procesadoras y Oleaginosas (Cappro), mediante un comunicado, solicitó al Gobierno buscar políticas para definir el modelo económico para el país, es decir, determinar si queremos ser proveedores de materia prima o apostar a la industrialización de la soja. Según la Cappro, en el 2018, las procesadoras argentinas convirtieron más soja paraguaya a productos con valor agregado que las procesadoras paraguayas.
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