El mercado de alquiler de vestidos tiene una expectativa de crecimiento de entre el 30% y el 40%, afirmó Hernán Jiménez, copropietario de María Uliambre, lo que confirma la presunción de que se trata de negocio que no tiene techo. “Esto va a un aumento. Nosotros estamos hace 8 o 9 años en el mercado y cada año el negocio crece considerablemente. Hay mucho mercado todavía por ocupar”, aseveró.
La firma María Uliambre opera en el rubro de vestidos elegantes, de alta gama para bodas, 15 años, debuts y eventos de gala. “Trabajamos solamente el segmento de invitadas, pero más adelante yo creo que vamos a entrar también en el sector de vestidos de novia”, aclaró.
Sólo una vez
“Las mujeres queremos usar un vestido una sola vez”, manifestó Lisa Ortellado, encargada de la tienda Mina Rivas, firma dedicada al alquiler de vestidos, largos y cortos, y elegantes. El motivo por el cual las damas ahora optan por alquilar una prenda antes que comprarla o encargar su confección a la costurera del barrio o de una modista renombrada es, justamente, por no querer repetir vestuario.
Esta tendencia se fortalece cada año y la razón parece estar acorde con los tiempos actuales, ya que según Lisa, hoy las redes sociales actúan como escaparate y archivo, y ninguna mujer quiere aparecer más de una vez ante la mirada pública con un vestido que ya cumplió con el cometido de arropar elegantemente a la dueña.
Total, que esta situación se va a repetir con mayor frecuencia a partir de este momento del año, la temporada alta de eventos, que empieza a despuntar en agosto y se extiende hasta los últimos meses del año.
Las prendas de Mina Rivas se alquilan por un precio que oscila entre los G. 200.000 y G. 700.000 y son las bodas y los debuts los eventos para los que las damas reclaman las prendas de alquiler. ¿Las preferidas? “Las de tul bordado, lisas o con pedrería”, explicó la profesional.