Según Yan Speranza, rector de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL) uno de los factores que influyen a la hora de hablar de expectativa salarial, es la formación educativa.
“Hay jóvenes que por ejemplo ingresaron a programas de becas como Becal, o privados, o tuvieron una formación más sólida y pretenden un salario acorde a sus niveles de formación académica. Sobre todo quienes estudiaron en el extranjero son conscientes de la brecha que hay con relación a nuestro mercado laboral y la de los demás países”, aclaró.
Una de las limitantes que señaló Speranza es la baja productividad en las empresas paraguayas, ya que es un obstáculo para el aumento de los salarios reales.
Factores que influyen en la productividad
Capital humano avanzado: la disponibilidad de mano de obra calificada y con conocimientos técnicos es crucial.
Sistemas e infraestructuras: la implementación de sistemas eficientes y una infraestructura adecuada son esenciales.
Funcionamiento general de las empresas: la organización interna, la gestión y la implementación de mecanismos para mejorar la eficiencia son fundamentales.
Condiciones externas: la infraestructura física del país, la disponibilidad de mano de obra y la realidad interna de las empresas también influyen.
Gestión interna: la forma en que se organizan las empresas, cómo se implementan sistemas para mejorar la productividad y cómo se gestionan los recursos son claves.
Según una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en 2022 el total de las personas que accedieron a su primer empleo fue de 23.719; y en 2023, 22.684. Este dato no incluye los departamentos de Boquerón, Alto Paraguay, comunidades indígenas y viviendas colectivas.
Asimismo, el informe del INE reveló que en el 2022 sólo un 38,8% de la población paraguaya percibió un sueldo mínimo o menos del sueldo mínimo; y en 2023 el índice aumentó a 39,7%, mientras que solamente un 6,7% de la población percibió más de tres salarios mínimos.
Un desafío con grandes beneficios
Mejorar la productividad implica un gran desafío para las empresas, pero los beneficios potenciales, como el crecimiento de los salarios, son considerables. En este contexto, es importante que las empresas y el gobierno trabajen en conjunto para impulsar la productividad y así mejorar el bienestar de los trabajadores paraguayos.
Según el rector de la USIL, una de las competencias más valoradas por las empresas son las habilidades blandas.
“Hace más de siete años el BID realizó un estudio que revela que las empresas buscan en un 60% habilidades socioemocionales, mientras que la educación tradicional se enfoca principalmente en el conocimiento académico; y algo que suele suceder es que las instituciones educativas no suelen darle la debida importancia a este tipo de habilidades” comentó.
Speranza recalcó que es necesario un cambio en el sistema educativo. “Se deben incluir programas que desarrollen las habilidades blandas en los estudiantes, preparándolos para las exigencias del mundo laboral actual”, apuntó.
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