La inyección fue otorgada en el marco de los Derechos Especiales de Giro (DEG), que son una especie de fondo de reserva de los países que conforman el FMI, otorgados en casos especiales y en proporción a las reservas de cada país en el organismo, según Martha Coronel, economista de Mentu.
De los US$ 650.000 millones, menos del 43% será destinado a países en desarrollo. A Paraguay, le corresponden US$ 250 millones mientras que a sus vecinos, Argentina y Brasil, les corresponde US$ 4.300 y US$ 15.100 respectivamente. Paraguay recibe la inyección más baja junto con Bolivia, El Salvador y Uruguay. Las diferencias entre montos generó dudas y críticas en todo el mundo.
Desde la organización Jubilee USA Network, señalaron la insuficiencia de los fondos para los países en desarrollo y se criticó que países ricos estarían recibiendo reservas de emergencia que no necesitan y que deberían ser transferidas a países más vulnerables, siendo el 70% de los fondos aprobados destinados a las 20 economías más grandes del mundo y solo el 3% a las naciones más pobres, según cálculos hechos por Bloomberg LP.
Cada país aporta en proporción a su potencial de generar recursos y PIB, según Coronel, y en el caso de Argentina, recibió un auxilio 1.5 veces nuestro PIB. Así, Paraguay evidencia una capacidad insuficiente de producción que permita un PIB significativo.
¿Costará más igualar la economía a partir de estos giros?
Sin embargo, hay otros factores como extensión territorial y población, que inciden en el desarrollo de Paraguay ante los grandes vecinos. “Estos fondos son pequeñísimos para incidir en el desarrollo (en comparación a los vecinos)”, recordó la economista. “Lo que determina la desigualdad que tenemos entre Brasil y Argentina es el tamaño de su economía, y que ese tamaño está favorecido por un territorio y una población inmensa. Lo que sí se puede hacer es igualarse a ellos en el PIB per cápita”, expuso.
Elevar el porcentaje de la relación existente entre el nivel de renta de Paraguay y su población, dependería, de acuerdo a Coronel, de que más políticas estatales promuevan inversiones del sector privado, así como tomar en serio las políticas públicas de educación, teniendo en cuenta que cada profesional adquiere valor agregado que se traduce en crecimiento económico, en periodos de 18 a 20 años.
“La recuperación va a ser desigual, entre países, entre sectores y aún más dentro de los sectores de empresas. Aquellos países y empresas con mayor posibilidad de sostenerse, y sobre todo, reinventarse, serán aquellas que se recuperen más rápido”, expresó. Así también observó que los recursos deberían ser destinados a los sectores más necesitados, que no implicaría netamente los más vulnerables. “Ayudar al sector vulnerable implica ayudar a cierto sector económico quizás más grande, para que ese sector contrate”, argumentó.
Coronel sostuvo que una parte de los US$ 250 millones serán destinados a urgencias establecidas en la Ley de Consolidación Económica. Desde el Senado, se aclaró que “la utilización de la mayoría de estos fondos no será dispuesta por decreto, sino que directamente direccionado por el Senado”.
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