Si bien exportan habitualmente a mercados exigentes como Francia, Corea, Uruguay, entre otros, los directivos se enfocaron en concretar un proyecto largamente anhelado: introducirse con una marca propia al mercado paraguayo.
Rivas afirmó que producen dentro de la reserva ecológica privada Itabó (certificada por la Ley 3001 como área de servicios ambientales), cuya superficie es de 200 hectáreas, en las que se cultiva la yerba mate orgánica. La reserva se encuentra en la localidad de Francisco Caballero Álvarez (Canindeyú).
Todos los procesos, como la cosecha de yerba mate, el almacenamiento y el molino de las hojas, así como su posterior empaque estará a cargo de la empresa Itabó.
En este proceso trabajarán constantemente unas 60 personas en la cosecha y unas 20 en el área de secado de hojas.
“Actualmente estamos comercializando en una sola presentación de 500 gramos, con una propuesta de yerba mate tradicional. Nuestras hojas de yerba mate son cosechadas y procesadas en un bosque nativo, lo que permite mantener la frescura de las hojas y, aparte, son producidas con el método barbacuá, que utilizaban nuestros ancestros”, aseguró.
Este año se dedicarán a fabricar la línea tradicional y para el próximo año se están preparando al perfeccionar algunas mezclas.
Las inversiones realizadas fueron importantes, según Rivas, porque al momento de industrializar su oferta debieron adquirir maquinarias que se ajusten a las certificaciones de calidad y también tuvieron que invertir en la cosecha de materia prima, para no desatender ninguno de sus mercados.
“Es muy importante para nosotros que todos los productos que elaboramos en nuestra reserva sean sustentables, que podamos extraer correctamente lo que la naturaleza nos provee, cuidando todos los detalles en cada uno de los procesos. Con esto nos aseguramos de mantener intacta la riqueza natural de la zona y también de seguir proveyendo este producto tan característico de nuestras tradiciones”, señaló.
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